Enhorabuena a Saúl Jiménez Fortes, cuánto me alegro de verte así, qué felicidad, torero.
Oiga, Saúl, que está usted guapísimo en la fotografía, más guapo incluso que Manzanares y de aquí a Lima la comparación, y toda aficionada a las fiestas de toros que no entienda lo que yo digo, está más perdida en su afición que un pulpo en un garaje, la pobrecita, y aquí no pinta nada en estos precisos momentos, salvo estorbar
Ahí lo tienen ustedes en el patio fumigado de la estación de Atocha, más torero imposible, al estilo de los grandes poetas del XIX, con su bigotín, la camisa hecha guayabera, posando con fondo húmedo de palmerales con mucho más arte que Paul Gauguin.
Tengo una manzanarista veinteañera muy cercana, María, cieguita por Josemari, a ella va dedicado con todo mi cariño.
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