Es el momento oportuno y probablemente no nos quede otro, me dirijo a la afición de Madrid en exclusiva y siempre desde mi postura pero desde una experiencia que tienen muy pocos, para ir definiendo al milímetro lo que queremos: al milímetro.
No vale ahora eso de bajear cualquier iniciativa en nombre del horterita afán de resultar constantemente un chico original, y entendido y leído, y viajado, no estamos como para tirar cohetes que el agua nos llega al cuello, fuera frívolos, la plaza de toros Monumental de Madrid tiene que recuperar el sentido exacto que representa en la historia del toreo, la autoridad máxima, y debemos arrimar el hombre todos, porque entre todos la hemos llevado a la situación en la que se encuentra.
Pd: que ya está bien, y hablo como abonada desde el año 1972, que ya está bien con la gamberrada del disparate y el cachondeíto, digo, pues se da el caso de que los jóvenes aficionados venteños añoran una época, que otros vimos, pero ponen toda clase de oposición para que se recupere. Si ello fuera posible.