Según sentencia, los ganaderos González Sánchez-Dalp y María José Barral han sido condenados por afeitar sus toros a instancias de la Delegación Territorial de Huesca. Los hechos ocurrieron en la plaza aragonesa durante su feria de 2006, días 9 y 10 de agosto, y los matadores de los dos animalitos fueron Fran Rivera Ordóñez y El Juli, torero este último que no se libra de que su nombre aparezca en todo cartel que tenga que ver con la integridad de los toros a lidiar. A las autoridades de Huesca que han sentado un precedente digno de elogio le deberá la afición, y la Fiesta en general si acaso prosperara la medida, el que por fin se persiga y se castigue la aberración que supone el que a los toros de casta se les corten los pitones. La autoridad, que lo mismo lo que quiere es acabar con ella, responsable última de la situación comatosa en que se encuentra el toreo, es cómplice de la estafa poniéndose de parte de la 'mordida' taurina en perjuicio del público que debiera defender, y que es del que comen tantos unos como otros precisamente.
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Así que se aprovecha tan feliz acontecimiento y no estaría mal recordar ahora aquel suceso ocurrido durante la feria de Sevilla de 1969 con José Utrera Molina como protagonista, gobernador civil de la ciudad por entonces, cuando ni corto ni perezoso, y en su condición de extraordinario aficionado, de un plumazo mañanero ordenó suspender el festejo que se iba a celebrar aquella tarde del 19 de abril, al considerar que el trapío de la corrida no era idóneo para una plaza de la categoría de la Maestranza. Aquello fue un escándalo nacional, fomentado por Alfonso Navalón desde 'Informaciones' como es obligación de todo gran cronista.
A pie hubieran hecho el paseíllo pero se tuvieron que quedar en el hotel debido a la orden gubernamental, Victoriano Valencia, Curro Romero y Palomo Linares, y los toros eran de Benítez Cubero.
Ganadería predilecta del Faraón y con la que tantas faenas se le recuerdan, como aquella realizada en Madrid el 22 de mayo de 1973 al toro Marismeño, que tuve la suerte de ver. Faena cumbre que me reveló el toreo siendo una moza y causa principal de mi currismo impenitente.
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En cuanto a José Utrera Molina, que llegó a ser más tarde Ministro de la Vivienda y Secretario General del Movimiento, malagueño de cuna pero un personaje imprescindible en la sociedad madrileña de aquella época y fijo en todos los festejos venteños desde su abono del tendido bajo del "2" hasta hace poco, me gustaría decir que es uno de los mejores aficionados con el que servidora ha tenido el gusto de hablar de toros. Como curiosidad les hago saber que es miembro de la que yo considero la tertulia taurina más castiza del mundo, reunión de altos vuelos, el sanedrín, pues se viene celebrando en horario comercial desde hace la tira en la trastienda de una farmacia del barrio de Los Jerónimos con el boticario como anfitrión.