No sé si se me notará mucho que estoy huyendo del petardeo del toro como de la peste. Pobre dios Toro, esto del toro es el pire más piojoso que una se ha podido echar a la cara: manténganse alejados por un tiempo, huyan de semejante escombrera cuanto más pronto, mejor, dense un respiro que veo a algún aficionado patas arribas por falta de aire (limpio).
Para aire de sobra el del Choco en esta Serrana, el fuelle del pulmón como una bomba de oxígeno sobrada de gas, sin que se note, convirtiendo como debe ser en todo arte tantas y tan asombrosas facultades casi en un defecto.
De Antonio Núñez, el Chocolate, se dijo en vida en determinados círculos flamencos madrileños, de altura, y yo en persona lo llegué a oír, que no tenía facultades.
¡Que no tenía facultades!
Que Antonio no tenía compás, que era corto, que carecía de técnica, que no valía para cantar al baile -que es la gran escuela, según cuentan- y pasó por un artista secundario sin fama ni contratos, aunque un cantaor de culto.
¡Que no tenía facultades!
Que Antonio no tenía compás, que era corto, que carecía de técnica, que no valía para cantar al baile -que es la gran escuela, según cuentan- y pasó por un artista secundario sin fama ni contratos, aunque un cantaor de culto.
Está surgiendo en Las Ventas por los alrededores de mi localidad un grupito de veinteañeros aficionados a los toros, rebotados del talibaneo y lógicamente por edad en periodo de formación como tales, carentes de cualquier prejuicio y con la sensibilidad suficiente como para entender el combate como hay que entenderlo, que estoy segura que serán el verdadero relevo de la afición venteña, si acaso hubiera futuro.
A estos muchachos también les interesa el flamenco, lógico y normal, toda la vida de Dios han sido dos mundos raros que han ido de la mano habiéndose incluso intercambiando nombres que han practicado ambas barbaries, pero no tiene referencias la juventud tampoco aquí y a cualquier cosa van y le llaman flamenco.
A estos muchachos también les interesa el flamenco, lógico y normal, toda la vida de Dios han sido dos mundos raros que han ido de la mano habiéndose incluso intercambiando nombres que han practicado ambas barbaries, pero no tiene referencias la juventud tampoco aquí y a cualquier cosa van y le llaman flamenco.
Uno de ellos es JCB a quien va dedicada esta joya que recomiendo porque no se puede conseguir una obra maestra semejante con materiales tan escasos y tan humildes.
Fandanguero JCB, que eso no es malo, pero ya verás tú como JCB en cuanto repare en lo que tiene que reparar se olvida de tanto fandango, yes, very well.
The end
Fandanguero JCB, que eso no es malo, pero ya verás tú como JCB en cuanto repare en lo que tiene que reparar se olvida de tanto fandango, yes, very well.
The end
Próximo artista a revisar, cuando toque, Miguel Vargas, Bambino.