Ya está de nuevo el liante, manso, liando más de lo que conviene liar, así que aquel desenliador que lo desenlíe, buen desenliador será.
He dicho.
Lo que nadie se explica es por qué, con las ganas que más de uno le tiene, aún no le hayan abierto a tipo tan repugnante la amarillenta alopecia, jijí.
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