viernes, 28 de julio de 2017

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Una ya no sabe lo que pensar, lo que escribir, una está perpleja y no sale de su asombro.
 Conozco muy bien los entresijos todos del toreo pero nunca imaginé que nuestro fin estaba tan cercano por una causa tan verdaderamente dolorosa como es comprobar que la gente del toro, los toreros como protagonistas absolutos, mayormente, a mí ya no me representan ni tengo nada que ver socialmente con ellos ni con mi admiración cuentan.
Lean esto, es imprescindible, pinchen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya sabemos que el principal problema de la fiesta son los que viven de ella. Encantados estarán sino tienen que entrar a matar quitándose el riesgo para su integridad física que lleva esta suerte y la de orejas que pierden por fallar con los aceros. A los banderilleros ,lo mismo si cobran
Sin ponerlas mejor. Los peor parados los picadores y la cuadra de caballos, que ya no serían necesarios. Aunque en la mayoría de plazas sobrarian ahora por practicarla fraudulentamente,monopuyazos,cariocas,picar trasero, picar en el costillar etc.