Todo según lo previsto

Fandiño, ayer, en su estudiada pose

El de ayer era el típico festejo para echarle la cruz, y quedarse en casa.

Pero claro, hacía cuatro o cinco días que Fandiño había pegado el zapatazo célebre, rompiendo la feria y poniéndola muy interesante de seguir, y al loro hay que estar se quiera o no.

Luego lo de Abellán fuera de combate sustituido por el cebo de Joselito Adame, jamás por Juan del Álamo, seamos serios, frente a unos espécimenes de Jandilla que a una no le cabe en la cabeza cómo no se arma una tarde una buena gresca y vuelven el graderío a ser lo que fue.

Pero tranquilos, señores profesionales del toro de las altas esferas, ustedes a lo suyo y yo a la mío, que esta afición venteña de hoy, plaza tan cansinamente aburguesada, berrea mucho por las redes sociales y luego llegan los mismos a sus puestos, en la piedra de la solanera mayormente, y callan como putas no sea que se les hagan una foto y algún mala sombra, con la escopeta cargada, los saque en portada con si tal cosa al día siguiente. 

Otra desgracia: los anónimos tendidos de la Monumental que siempre fueron nido de víboras tramando los planes de los complots más ocultos, han perdido la intimidad. 

Ahora llega un twittero de mala muerte y te retrata con el móvil y al día siguiente se entera el mundo entero de tus debilidades  

Más: se ruega que los responsables hicieran desaparacer

cualquier tipo de megafonía de las plazas 

de toros, por principios. Si ayer parte del público 

ignoraba que se guardó un minuto de silencio por Joselito, que se lo

 preguntaran

al vecino de asiento como ha ocurrido toda la vida.

Foto: LMSV para largacambiada