Confieso que no me tengo por una mujer cobarde, ni miedosa, ni me mola nada la gente cobarde y miedosa, de la que huyo, si hay que dar la cara se da, no hay más remedio y sin pensar siquiera si te la pueden partir, como los vacos hacen.
Pero me aterra el montaje que traigo aquí para recordar a quien corresponda, si acaso es res sensible, que no vale todo. Siento pánico, voy escribiendo y noto hasta palpitaciones, me pongo en el caso de esta mujer ultrajada hasta el punto de que puede darse el caso de que no pueda volver a salir a la calle como lo hacía hasta hoy, condenada a una cadena terrorífica sin haber roto un plato mientras reclamaba a la autoridad no sé qué bobada completamente desde el anonimato.
Me pongo en el caso de esta desconocida, que circula por la red de tal manera, y el miedo me paraliza. ¿Y si me pasara a mí o a alguno de los míos, o a usted, o a cualquiera de nosotros y vosotros, o a ellos..?
No hay comentarios:
Publicar un comentario