domingo, 27 de agosto de 2017

Hasta siempre, torero



Fue el auténtico artífice del toreo moderno, el de hoy, y en Madrid no se le trató bien aunque en el graderío tenía repartidos partidarios furibundos con conocimientos suficientes para distinguir lo bueno de lo malo, que le idolatraban.
Claro, comparar a este duro albaceteño con la tropa de amanerados toreros de hoy día sería por mi parte un disparate, pues nunca rehuyó compromiso ninguno, ni hierro ganadero, ni compañeros, ni se dio coba, y dio el morro en todas las plazas con una hombría seca natural de la Mancha, que no permite ponerle un pero.
Unanimidad como persona, a la cual me sumo:
 fue un gran hombre, cabal y varonil como pocos, un señor entre los señores de siempre, y un tío como la copa de un pino.

Gloria eterna a Dámaso González, hoy de cuerpo presente en la plaza de toros de Albacete, donde está siendo velado por familiares, amigos y paisanos.

En la foto -las señales camaroneras- aparece el torero
 como con una coronita de luz, cosas mías, que a mí me encanta la imagen y por eso la he escogido.

4 comentarios:

el chulo dijo...

te escribo por fin espero muy pronto, carmen.
besos

La condesa de Estraza dijo...

Bs, mi querido Chulo, ¿cómo va todo?
Mi nuevo estado me acarrea nuevas obligaciones, que en cuanto se ordene todo me iré liberando de ellas. Mantengo el blog a trancas y barrancas, no quiero que me olviden los lectores, con una audiencia en números muymuymuy respetable a la que no me gustaría defraudar, pues me queda mucho por decir, y lo diré, y será sorprendente lo que diga.
Te escribiré un correo en cualquier momento.
CE

Anónimo dijo...

Era un gladiador de los ruedos. Descanse en paz ,tan valiente torero.

La condesa de Estraza dijo...

Ni un pero, Bragao, con lo que supone eso que dices de los gladiators, pero...
Descanse en paz tan valiente torero, así se siente de corazón, al que estoy segura de que no se le va a olvidar, no como a otros que cuando se retiran se borran de los recuerdos, no dejan memoria en el paladar de la afición.
¿Quién se acuerda de? Bs, Bragao.

La condesa de Estraza