Reconocen los ancianos del abono venteño, detractores incluidos que pusieron el grito en el cielo cuando en 1972 Palomo Linares le cortó el rabo a un toro de Atanasio en la feria de Madrid de aquel 22 de mayo -día de las faenas importantes- que no ha existido un torero en la historia moderna con más casta que Sebastián, salvo Julio Aparicio.
Matador de toros, figura indiscutible del toreo, su nombre irá unido eternamente al de Monumental, actor de cine y pintor abstracto de la escuela de Manolo Viola una vez retirado de los ruedos, ha muerto el guerrillero a los 70 años de edad porque le falló el corazón.
Gloria a él.
2 comentarios:
Un hombre hecho así mismo. Descanse en paz y Dios perdone a Sud desagradecidos hijos que nacieron con el cortijo puesto.
Ahora mismo estaba yo trillando esa idea, Bragaomeano, moviendo la cavilosa acerca de la degeneración humana, de sus causas y de sus consecuencias, y de los tristes representantes de hombres valientes que fueron algo en nuestra Historia, payasos del pimpampúm hoy día.
La condesa de Estraza
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