miércoles, 19 de agosto de 2015

Nuevas fórmulas



Como la afición no reaccione a tiempo y empiece a demandar lo que es una auténtica corrida de toros, en cuanto a su estructura, a su organización clásica, vamos de culo y contra el viento.
Que si manos a manos, dos tíos, que se encerronas, uno, mixtas haylas, así que es necesario de urgencia exigir la vuelta a la terna, tres matadores de toros por orden de antigüedad anunciados, sean los que sean y según merecimientos propios, a ser posible.
Pero si con los enjuagues de los taurinos de todo signo profesional vamos a fórmulas infinitas en cuanto a la combinación de matadores, no les digo nada en cuanto al ganado a lidiar, ¿habrá pasado a la historia aquello de anunciar una ganadería de seis toros de don Perenganito?
Sola, criada por el mismo hombre, con el mismo hierro y divisa, hermanos de camada los toros, preferentemente, y no solar al nieto con el abuelo, una corrida de toros con nombres y apellido como las de toda la vida de Dios, que aquí está todo inventado, señores:
No la toques ya más,
que así es la rosa.
Qué fenómenos estos taurinos, qué linces, mi admiración eterna a los grandes popes del toro, lástima que no me toque el bonobote -en nuestros años mozos le llamábamos el BoniBoteFundi- que produzco una película trayéndome a De Niro a España en el papel de Balañá.

Corrida concurso de ganaderías, como máximo, nada de mano a mano ganadero. 
Mucho menos nada del invento ese de acartelar seis toros, seis, cada uno de su padre y de su madre sean las corridas de las duras o de las durísmas -limpieza de corrales- y mucho menos no al fiasco del chirriante "desafío ganadero", hasta la cepa, que les están metiendo los grandes capos del toro al pobre talibanato con la esmerada técnica del supositorio, y ellos tan contentos.

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