domingo, 5 de abril de 2015

Eugenio de Mora



Que conste en acta: yo le tengo mucha simpatía a Eugenio de Mora y lógico es, que no es lo mismo hablar de alguien a quien se le tiene simpatía, que de otro al que tienes atragantado.
A mí Eugenio me cae muy bien para empezar porque le vi pegar cuando yo viajaba docena y media de naturales en el platillo mismísimo de la Maestranza, de blanco y oro, que no los firma Espartaco
Eso para empezar, y luego porque me presenté un día en Mora de Toledo para conocerle, cuando el torero estaba completamente en el olvido, sin oler pitón, de la mano de nuestro común amigo Pernales, sin anunciarnos, y me trataron de cine. Allí, en Mora, pasé el día completo, y Eugenio me presento a sus padres, a su novia, y saludé a algunos de sus vecinos, con los que alterné, en una jornada inolvidable cuyo agradecimiento les debo.
Pues bien, simpatías aparte, hoy ha toreado Eugenio de Mora en Las Ventas, y a mí, por comparación con la tropa de luces trapacera que nos acogota, me ha parecido el mismísimo Curro Puya, resucitado, y de ahí para arriba.
No ha sido una tarde perfecta, ni completa, ni redonda, ni falta que hace, pero ha sido una tarde muy importante, de tremendo temple, temple puro, transparente toreo, de una sinceridad pasada ya de moda, incluso lozaneando de rodillas, cuando se debía lozanear para que la olla buya, labor de pulso de un torero muy serio que debe ocupar un sitio en las ferias para que se vea el poso que atesora, el aroma de otro tiempo reciente pero pasado, y que algún otro pintamonas se vaya para su casa de una puñetera vez por el bien de todos. 
Foto: JMSV para largacambiada

No hay comentarios: