lunes, 23 de septiembre de 2013

Sobre el desafío riojano

 
Juan Mora en soberbia media (foto El Mundo)

 De todo lo leído acerca de lo que ocurrió días pasados en la plaza de toros de Logroño con la gilipollez postmoderna esa del desafío ganadero -como si los pobres toros se pudieran desafiar- y la corrida, señores, y dicho sea de paso, su organización y su reglamentación, es intocables desde Paquiro a día de hoy y simplificada así de esta manera, no es otra cosa que: 
seis toros, seis, de don Periquito Pérez para tres espadas, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide. 
De lo leído, digo, decía, y he leído poco porque estoy medio quitada de todo lo que tenga que ver con la cochambrosa red de toros y del loberío del twitter paso como de comer mierda, me quedo con la pieza esta. De obligado seguimiento su autor para la que aquí firma, un extraordinario aficionado a la antigua, un tipo con credibilidad sobrada y al cien por cien alejado de la fusca, que se lo recomiendo a ustedes.
Firma su crónica Rafa, en adelante don Rafael de Tarragona, desde la posición de haber sido testigo presencial de la peligrosa novedad del desafío ganadero y no a lo hombre oreja que ha oído campanas -¡ay!- comunicando servidora que una no puede estar más de acuerdo con don Rafael y por eso se trae aquí, a un espacio tan poco dado a copiar y pegar. Sigo: que suscribo lo que dice la reseña desde la primera letra hasta la última, que chapó al atípico aficionado catalán, que con aficionados así esto se enderezaba en cuatro días.
No estoy volcada por la crónica en sí, que también, sino porque don Rafael deja sueltos algunos puntitos como el que no quiere la cosa, pero de letal efecto, en los que deberíamos profundizar por el bien de todos en tiempo invierno.
La crónica es para coger frase por frase y deshuesarla detenidos en ella de aquí a las Uvas, pero voy a pararme de pasada únicamente en tres de las flechas envenenadas que lanza el autor que más me han llamado la atención, ojeada, todo hay que decirlo, a la ligera.
Tira a dar don Rafael de Tarragona, y larga:
1- "Morante con ese arma un lío, seguro". Oséase. Y no puedo precisar con estas prisas a qué toro ni de quién era el toro propiedad al que se refiere el cronista, pues la crónica, siendo excepcional en lo literario, no está bien confeccionada.
2- "Tendrían que haber venido los inspectores de la UCI que sacan sangre a los ciclistas..." Ahí, ahí, y dejénse ustedes de la variedad de encastes y otros juegos florales dirigidos a tontainas, taurinos varios, que son ustedes más listos que los ratones coloraos y se meten con una facilidad asombrosa por todos los agujeros. Dame pan y llámame tonto, viejo truco de zorros rayanos al acecho, y como ustedes sigan así los nietinos al paro, se advierte. 
Toros bravos es lo que queremos, bra-vos, no encastados, que eso se supone. Porque ser bravo es una cualidad superior a la de ser encastado, que la matraca esa de la casta tan en boga y tan nociva que hasta el término bravura se está perdiendo en nuestro lenguaje (el del singular comportamiento del toro casta: la bravura, y más casta tiene un tigre) nos está llevando a atollarnos con torpeza de suicidas en un escalón inferior, el del mareante rollo de la mareante casta, que no deja de ser un componente más,  imprescindible, pero componente, y dispuesta estoy a que me tiren tomates y a que me llamen Gregoria Corrochana II.
 3- "El toro le pidió la muerte dos veces". Qué grande, pareciera entre la plebe un 'iluminao', y es que los toros bravos piden la muerte muy claramente y el matador de turno tiene que saber interpretar esa petición y cumplirla milimétricamente, y por arriba, gallardamente, como matan los hombres y no los navajeros, lleven coleta trenzada o cresta verde. 
Pero claro, para ello el que sea, además de dominar técnicamente el oficio leyendo hasta el pestañeo del toro pidiendo sitio o muerte, tiene que llevar encima la espada de verdad desde el principio de la faena para aprovechar la ocasión que la pintan calva, pues la petición de muerte, en persona, animal o cosa, no dura eternamente que tampoco se está uno quejando de esta puta vida toda la existencia completa. Deseando el hoyo ahora mismito es un estado temporal y los toros, bravos, piden la muerte durante  milésimas de segundo hasta que medio se recuperan, y pobre de todo aquel al que un verdadero bravo pidiendo guerra en los medios con la boca apretada como si rechinara los dientes, vencido, no sea capaz de tumbarlo de un certero volapié sin puntilla en el momento debido, que le peligra la pellica humana y verá como una pesadilla al bravo hasta en la sopa para los restos. 
Cuentan que hay toreros, de todas las épocas, retirados casi siempre, luego ancianos, que tienen pesadillas por las noches en sueños con algún ejemplar que en tiempos pasados les tocó en suerte de semejantes características. 
A propósito, aportan los libracos que una fiera de esas le salió no sé dónde pues escribo de memoria a Lagartijo, cabeza que tenía disecada en el zaguán de su casa, y cuando llegaba alguna madrugada el decimonónico torero hasta arriba de anís, se liaba a bastonazooos sin piedad, jijí, con la cabeza de la mencionada fiera hasta las trancas de jinda el Califa cordobés. 
 Asunto personal: tenían que haber visto ustedes las peloteras que nos traíamos Antonio Corbacho y yo acerca de ese tiempo sagrado que pierden los matadores actuales, sí, lo sé, de Manolete para acá, al dirigirse a la barrera para cambiar la espada de mentira por la de verdad: antológicas.  
Del mismo modo, aprovecho la ocasión para darle las gracias a Álvaro Acevedo y a Paco Aguado, de Cuadernos de Tauromaquia, por la mención.

7 comentarios:

malagueto dijo...

Pues tuve la gran desgracia de ver y costarme la pasta, esa mierda que han llamado el desafío ganadero.
Desfío nada, te vendo este morucho y me das algo más que en matadero. ....
Contrato a seis desgraciados vestidos de luces, les doy una miseria y quedo como Dios...
Desgraciados vestidos de luces ( ojo, que no me meto con las personas ). Que no ganan ni para desayunar todos los días y bien empleado que lo tienen. No se embraguetó ninguno, al de Colombia se le fue el toro de su vida (Escolar>), bueno, ya se le han ido unos cuantos. Nadie expuso nada, eran malos los bueyes, menos el de Escolar, pero peores eran los coletudos.
Todos se merecen como mucho, no vestirse de luces más en su vida. Pues eso es una deshonra para algunos pocos que quedan con pelotas y ganas de ser algo en el toro.

Saludos

La condesa de Estraza dijo...

Malagueto: te confieso, dos veces he intentado ver la corrida, en directo y en diferido, y las dos veces me he dormido en el segundo toro.
No me gusta jurar, pero testigos tengo.

La condesa de Estraza

malagueto dijo...

Pues si te dormiste en la tele, imagina en directo.... Pensaba, si me voy a lo mejor me pierdo algo....

Saludos

La condesa de Estraza dijo...

Malagueto, con mucho que contar sobre el particular acerca los Desafíos y otros ciclos de encastes minoritarios, ¿?, viene al pelo un dicho que se le puede aplicar a los profesionales del toro, de poder, con precisión relojera.
Es este: "los taurinos pertenecen a esa clase de hombres que no tienen una solución para cada problema, sino que tienen un problema para cada solución".
Así, ellos han visto rápido una bicoca en la demanda de unos cuantos "sonaos" muy allegados a determinados ganaderos que les abren sus fincas y les dan de merendar, reclamado no sé qué, y, zaca, en un abrir y cerrar de ojos se han inventado un show engañabobos ante el que deberíamos imponernos los aficionados y no consentir porque por ahí sabe Dios la ruina que se podría colar.

La condesa de Estraza

entrepelao dijo...

!Ay los desafíos, Condesa! Recuerdo que hará cinco lustros mas o menos uno que le lanzó Ruiz Miguel a Espartaco en el programa de Molés en la SER conminándole a dirimir con el la lidia de seis Miuras en Las Ventas, denunciando "el cañailla" todas las corruptelas y actos sucios (palabras de el torero) de los Lozano a la sazón apoderados del de Espartinas. ¿Pues sabeís lo que pasó? Pues nada que ni hubo festejo de desagravio ni nada de nada. Imaginaos hoy que esto se hiciera extensivo por parte de Fandiño, que por cierto ayer estuvo soberbio en Logroño, a Manzanares y al Juli con toros de Escolar por ejemplo ó de Adolfo o menos terroríficos de Victorino para demostrar en el ruedo, si pudiera ser venteño, pues mejor, el porqué no quieren acartelarse con él y porqué no le quieren ver ni en pintura. Todos los demás manos a manos con toros "bodegueros" que han habido esta temporada me sobran. ¿Los ha demandado la afición?, ésta es la que debiera mandar.
Un saludo Carmen, nos veremos en la Feria de Otoño.

La condesa de Estraza dijo...

Entre: luego más tarde te contesto, miga llevo más que en "Guerra y paz", ahora y entre col y col... voy a buscar una foto que me tiene flipadita.

La condesa de Estraza

La condesa de Estraza dijo...

Entrepelao, tío, que donde dije digo, digo... Vamos, que no te contesto como te he prometido en el comentario anterior y cierro la entrada, y que si te parece hablamos de los desafíos -divinos, humanos y ruizmigueles- el día que decidamos vernos durante la Feria de Otoño.
Sabrás perdonarme en cuanto te diga que el poco tiempo bloguero and twittero del que dispongo lo estoy empleando únicamente en intentar contar el enredo de la joya de la plaza de toros de Zaragoza a punto de cierre, algo nada fácil, un curro, y eso que me estoy remontando únicamente a un tiempo corto: justo desde primeros del año 2008 a nuestros días.
Saludos, maestro Entre, y chin-chín por la salud de la afición de Madrid de toda la vida, afectada Las Ventas en cierto modo, advierto, del pire letal zarazogano con el correspondiente rentoi que se tiraron algunos gallitos del gallinero.

La condesa de Estraza