viernes, 29 de agosto de 2008

Agonía

Llegados a este punto no cabe otro remedio que ceñirse a los acontecimientos cronológicamente, tirar de datos mondos y lirondos y renunciar a la mínima pincelada de corte sentimental. Pues lo que ocurrió en Linares desde las 18.42 horas del 28 de agosto de 1947 a las 05.05 horas del día siguiente, da para escribir un libro con más miga que Guerra y Paz.

Manolete, documentación sobra para asegurarlo, murió por lo que hoy llamaríamos un error médico.
Pero no fue este el único error que se conjugó en contra del torero con desconcertante fatalidad, ya que en la vida y muerte del mito de Córdoba se dan unos puntos realmente misteriosos, más relacionados con las ciencias ocultas y todas las mancias juntas, que con cualquier explicación racional que pudiéramos buscarles. Porque como en toda leyenda de todo mártir existe un Manolete mágico, investigación que traería otro volumen, así mismo, con más capítulos que la obra completa de Juan José Benítez y sus famosos caballos de Troya.
El primer error que paga Manolete caro, quizás con la vida, se dio cuando los diferentes porteadores que lo recogieron en la arena prácticamente cadáver, pues llegó a la camilla con las constantes vitales agotadas, se equivocaron de camino en dirección a la enfermería y, retrocediendo sobre sus pasos bamboleando al herido, se vieron obligados a perder un tiempo de oro para un hombre que se iba desangrando.
Error sobre error, se permitió que la poco acondicionada sala de curas de una plaza como la de Linares en aquellos tiempos, rápidamente se convirtiera en una romería en la que todo bicho viviente que pudo se coló, opinando cada cual a su gusto, con la consiguiente molestia para los cirujanos, doctores Fernando Arboleda y Julio Corzo, que en medio de aquel jolgorio no se les alteró el pulso y fueron capaces de realizar un primer trabajo excepcional.
Francisco Cano, Canito, logró meter nariz y cámara en el precario quirófano y ha contado mogollón de veces
-también se refiere a ello Camará-
que debido seguramente a lo deteriorado por el uso que estaba el mobiliario, ocurrió que,
"Tras la primera intervención en la sala de operaciones, Manolete fue depositado en una cama del cuarto posterior al quirófano, presenciando con mis propios ojos como, misteriosamente, el somier de la cama se hundió instantes después de recibir el maltrecho cuerpo de Manuel Rodríguez"
Parte médico emitido por don Fernando Arboleda una vez concluida esta primera intervención:
"Al terminar la lidia del quinto toro ha ingresado en esta enfermería el diestro Manuel Rodríguez, Manolete, con una herida por asta de toro al nivel del triángulo de Scarpa, con una trayectoria de 20 centímetros de longitud de abajo a arriba y de dentro afuera y ligeramente de delante atrás, con destrozos de fibras musculares del sartorio, del recto externo, son rotura de la vena safena y afectando el paquete vascular nervioso y la arteria femoral en una extensión de 5 centímetros de longitud, con extensa hemorragia y fuerte shock traumático. Pronóstico: muy grave".
Acotación, "muslo derecho". Además, el sagaz doctor refleja con sabiduría, justo encima de su firma, que el paciente "sufre anemia aguda".

("Cristo yacente", Andrea Mantegna, padre del Renacimiento)

8 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Así, como un Cristo Yacente sobre la sábana, vi hace muchos años a uno de mis más queridos amigos partir hacia el otro lado de la raya. Poco antes, tomé su mano, aspiré su olor y me lo guardé, la besé y le dije adiós hacia adentro. Entonces él y yo nos quedamos en paz.

A Lupe no le dejaron cerrarle los ojos al torero. Al torero no le dejaron ver por última vez la belleza insultante de ella.

Manolete ha empapado de sangre las sábanas. Ha muerto con el nombre de Lupe en los labios, con la sonrisa de Lupe en el corazón, con las lágrimas de Lupe al otro lado de la puerta.

Pero se vieron. Eso fue después. Imagino su rostro doliente contemplándole así, como un Yacente inerme antes de salir en procesión por las portadas de todo el país. Para entonces, España entera estaba llorando.

Un beso, desde la emoción.

Anónimo dijo...

Tengo una curiosidad, condesa: ¿Hay algún documento sonoro con la voz de Manolete? Me produce una curiosidad tremenda oír su voz. Alguna "interviú"-que se decía entonces- radiofónica o algo parecido.... Me haría un favor inapreciable si me pudiera dar alguna referencia en este sentido.Nos conocemos, que Vd. se conoce, como poco, a la mitad de la plazas de las Ventas y a las tres cuartas de la Glorieta, pero, como que da un poco igual. Me ha gustado su relato. Un saludo y muchas gracias

La condesa de Estraza dijo...

Berrendita: yo también soy muy de oler olores y conservo más de uno como grabado a cincel en la memoria terrible del olfato.
No hace tanto, subiendo una escalera, me vino un aire desde atrás con el aroma exacto de la nuca de alquien que conocí, se me aceleró el pulso, volví la vista y subía sola.
¿Cual sería el olor de Manolete?
Pues yo he tenido el privilegio de meter la nariz en la seda de una prenda de las que usó, sin haber sido limpiada, y huele a fresco, a esencia de armario sin abrir de cara madera noble que ha sabido conservar la fragancia de un hombre bien nacido.

Tritri: Bienvenido, nada me pone más en un día de operación retorno que que la llegada de un nuevo amigo.
Sí, existe lógicamente en las fonotecas la voz grabada de Manuel, entre ellas me imagino que en los archivos de RNE ´se conservará la entrevista que le hizo Matias Prats en San Sebastían. Servidora
-como muchos más aficionados- hasta le ha oído cantar. Sucedió en una fiesta en un rancho de México con una borrachera muy grande el personal, y se atreve con "La feria de las flores".
No memorizo bien ahora su voz, aunque tenía lógicamente un cerrado acento cordobés y no pronunciaba bien la 'r'. Asunto peculiarísimo en su habla y que sin embargo se me olvidó poner en mi libro.
Tritri, nos gustaría volver a encontrale por aquí.

La condesa de Estraza

Anónimo dijo...

La expresión "sufre anemia aguda" del parte médico se refiere a que Manolete ha perdido mucha sangre en muy poco tiempo por la cornada, no a que el torero estuviera anémico en el sentido de débil y sin fuerzas antes de la corrida. La anemia es una disminución de la cantidad de glóbulos rojos por debajo de los niveles normales y suele ser, como en el presente supuesto, de causa hemorrágica. Las anemias nutricionales, por falta de ingestión de alimentos ricos en vitamina B12 y hierro, necesarios para la producción de glóbulos rojos, son anemias crónicas, no agudas. Dicho de otra forma, el Dr. Arboleda indicó el término "anemia aguda" porque reflejaba muy acertadamente el estado del torero: palidez, mucha sudoración y taquicardia, lo que unido a la profusa pérdida de sangre suele llevar al estado de shock. Perdón por el ladrillazo.

Anónimo dijo...

Maño Exiliado, ¿pedir perdón por su generosa información?
En absoluto, se lo agradezco muchisimo y he tomado nota para que algún especialista me lo explique más detalladamente, y es que soy un zote para las Ciencias. Mis conocimientos al respecto vienen de la wikipé, contrastaré, de momento queda corregido agradeciéndole de nuevo su deferencia.

La condesa de Estraza

Anónimo dijo...

Sra. Condesa, voy a mover "conocimientos" y si puedo me haré con la estrevista de San Sebastian. Prometo hacersela llegar y si conoce al Triti,(por cierto, un amigo de mi padre, le llamaban tambien El Triti, nunca supe por que) ya sabe se la hace llegar. A mi tambien me ha picado la curiosidad.
Perdón por el retraso en entrar, pero he estado unos dias, con amigos y dando cuenta de las destilerias de Beefeter (o como se escriba)
Ahora viene lo mas interesante, me refiero al revoloteo de los dos buitres. Si no lo publica, lo entenderé, pero recomiendo su compra para leerlo.
A sus pies
Salud
El Coronel

La condesa de Estraza dijo...

Coronel: observo que tras libar algunos tragos de Beefeater, se come usted algunas letras. La 'a' de marca de ginebra que tuvo en pie hasta los ciento tres años a la Reina Madre, y una 'r' de Tritri, amigo al que si vuelve por aquí le recomiendo que no se vaya muy lejos, por si acaso le interesa el seguimiento de la gestión que usted se presta a hacernos tan amablemente.

Anónimo dijo...

Sra. Condesa, ya me lo aviso el medico que mi aficion al gin-tonic, me crearia problemas de dislepsia. Menos mal que Ud. me interpreta bien aunque me falten letras.
!que grande era! mira que ocurrirsele lo de la chaquetilla del guarro.
Gracias
A sus pies
El Coronel