Nadie ha sido más reacia que la que firma a la Francia torera, muy mía yo, crítica exagerada hasta no hace tanto de una afición, del extranjero, que me parecía postiza y víctima propicia para que el taurineo norteño le randara el dinero sin consideración ninguna. Así, mantuve radical mi postura intransitiva más tozuda que una mula del Ejercito, para ahora echar la pata para atrás como hace Enrique Ponce, y sus indultos.
La reserva ceretana aparte, plaza que conozco antes que muchos aunque ignoro los entresijos de su organización, con lo más dabute y molón de la afición del 7 metiendo la cuchara a ser posible, el descolocado conde de Estradas incluido en el pack venteño moviendo la coleta en su papel de comparsa, mientras su excelencia comienza a hacer el ridículo internacional sin enterarse.
Ludo, que me voy por los cerros de Úbeda, tío, ruego que me entiendas porque si hay alguien que me entiende por aquí ese eres tú, por flamenco.
Mira, que te decía que tras abominar de la afición francesa, conociéndola de pasada en una experiencia ochentera sin parangón, ahora va y resulta que me he hecho tras sofronización adecuada, devota seguidora de todo lo español procedente de Francia, y lo devoro. Malinche, me dirían mis cuates méxicanos víctimas de Herrerías y sus mariachis, Ponce uno más, pero como si me dijeran misa mientras me limito a mirar fotos de Antonín, con acento en la i, y me entretengo un rato con Jean Seberg.
Ludo, eres lo mejor que está pasando en la pretenciosa y plasta Internet del toro. Y no creas, me sigue jodiendo que tu blog lo firme un francés, no sé por qué, pero así es. Pero aun comiéndome la humillación que supone para estos territorios hispanos del toreo corrupto que tanto amo, no tengo más remedio que rendirme y recomendar a la afición flamenca que pasa por aquí -a la flamenca en exclusiva, la otra que siga sacando el abono y quejándose quejica- que no se pierda la serie que te estás marcando en los pinchosdelciego y lo concurrida que está la barra con lo mejor de lo mejor, lo más torero, pero torero, que se produce en estos momentos en una red taurina amuermante y ágrafa que comienza a resultarme petarda.
Déjame decirle al personal procedente de la manta de abajo que ya vamos por el tercer capítulo del serial y que en este último se habla del toque, je, toro, en donde he puesto mi correspondiente comentario aunque sea nada más que para meter bulto, y que te he dejado metralla hablando de la guitarra y los guitarristas veloces de hoy en día. Luego, en un rato que tuve, acudí a las fuentes, di con Cepero y te lo pongo aquí en su jugo, dedicado, para ilustrar mi particular opinión.
Conocerás de sobra la cinta, da igual, esta pieza monumental no se acaba de escuchar nunca: con todos ustedes Paco Cepero, acompañado por Camarón y su madre Juana, al cante.
martes, 30 de junio de 2009
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3 comentarios:
fatigas las miaaaaaaaaaaas,,
Una dedicatoria muy merecida Sra. Condesa, Ludo uno de los mejores aficionados flamencos que yo conozco.
Besos
Salud
Anónimo:
"...que me han 'randao' la talega,
hasta arriba de comía".
Coronel: bienvenido de su viaje. Sí, el jodío Ludo es un extraordinario aficionado al cante gitano, extraordinario. Pero sin conocerlo de nada, únicamente por el rollo de los blogs, podría asegurar que además de aficionado es que es flamenco, que vive en flamenco. Algo parecido a esos aficionados a los toros que viven en torero, y en torero antiguo. Ejemplo de lo que digo, verbigracia, Jorge Laverón sin ir más lejos (entre otros de una especie humana que también está a punto de desaparecer).
La condesa de Estraza
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