miércoles, 13 de febrero de 2013

lunes, 11 de febrero de 2013

Resumen de Valdemorillo

 Novillo de Antonio San Román

 Toro de Juan Pedro Domecq

 Toro de Victorino Martín

Comenzó la feria en el sambródomo atronador de la plaza de Valdemorillo con una novillada con más cuajo que las corridas de toros de los días siguientes, un bravo encierro de Juan Pedro Domecq y otro de Victorino Martín, para dos indocumentados, y salvo de la quema por los pelos a Brando Campos hasta una próxima ocasión, con la particularidad de que el taurineo ya tiene escogido a uno de los indocumentados para lanzarlo al estrellato.
Un tal Tomás Campos es el afortunado que no se ha visto ni se verá el muchacho en otra más gorda, al que apodera Rivera Ordóñez y el dato es importantísimo, pues el taurineo necesita repuestos para un escalafón superior repleto de mediocres, y que siga la bola, y toreros de las características de Tomás Campos dan totalmente la talla anodina para rellenar carteles con las orejas gachas por esas ferias de Dios.
Tres pegapases de alternativa al día siguiente en estado puro, tres, tres matadores de toros y me da no sé que incluir a Juan del Álamo porque es hijo de mi compadre Cesáreo el Flecos, que en otro tiempo no estaría ninguno de ellos ni de tercero en cualquier cuadrilla de postineros peones de los sesenta. A Antonio Nazaré, a Sergio Flores y a Del Álamo -de El Villar de los- se les fue una corrida de Juan Pedro Domecq que la cogen otros tres en su misma situación profesional, con hambre, y meten la pelota en San Isidro con tratamiento de vuecencia cuando llegue mayo.
Victorino Martín, al que se le han puesto unas hechuras de anciano ricachón a lo Macondo, a su rollo por completo. Él, conocedor del territorio donde vio la primera luz hasta recalar en los riberos del Tajo extremeño por tierras de Álcantara y tras huir de Salamanca rumbo a Coria más sabio que nadie, va y echa en el gache serrano una corrida de seis bichos cada uno de su padre y de su madre, se conoce que en plan experimento propio del químico que siempre llevó dentro el zorro bleau de Galapagar. Corrida muy válida para el ganadero vista en festejo mayor, con público, seis renacuajos presentados acorde con la categoría de la plaza pero de hechuras dispares, que mantuvieron la atención del personal presente sin apartar la vista del ruedo hasta que rodó el sexto. 
Con la minivictorinada todo un torero, Sergio Aguilar, un clásico aunque como se decía antiguamente un torero frío de cuello, muy de Madrid los de este corte, de Luis Alfonso Garcés a Uceda Leal pasando por los chiquitos de la Audiencia, que, salga o no salga el toreo, sabe torear el vallecano y valor venteño nos tiene de sobra demostrado.
Mientras la tropa que campa por esas plazas de feria en feria haciendo el indio desconoce la lección primera del combate, Sergio la domina y la practica como regla, y la lección primera es la colocación. El toreo, exactamente igual que todo slow es colocación, colocación y colocación, para que pueda darse la circunstancia de que todo mortal que presencie ambos arrimones diga para sí torciendo el morro, "ahí hay tomate".
De Fernando Cruz no voy a hablar, no es el momento, me duelen sus cornadas como las propias y con eso basta, aunque habrá tiempo durante la temporada para hincarle el diente al tema y canalizar tan desbordadas pasiones. 
Y en esto que llegó el espejismo de Alberto Lamelas, grata sorpresa frente a un carretón cárdeno, al que deberíamos verlo cuanto antes en Las Ventas para calibrar si está dispuesto, y sabe, a soltar el volante de por vida y que trabaje Ruton, todo un clásico por otra parte los toreros procedentes del noble y respetado gremio del taxi en los recuerdos de la afición de Madrid.
Conclusión: tres nombres que personalmente no me ilusionan nada y que tendremos hasta en la sopa hasta que les dure la cuerda: Tomás Campos, Antonio Nazaré y Alberto Lamelas.
Ah, y dejar constancia de que de todos los animales lidiados, dieciocho en total, ninguno salió en puntas a mí manera de ver, es decir, intactos, es decir, sin manipulación humana, como la vaca los parió, y el que no esté de acuerdo que se manifieste aquí a su antojo si así lo desea.
 Fotos: Largacambiada y Muriel

sábado, 9 de febrero de 2013

Carnaval, carnaval

En la foto, Dolores Montoya, la Chispa, y la señora condesa de Estraza con casero disfraz, en el domicilio de la Línea de la Concepción de la primera.

viernes, 1 de febrero de 2013

Los carteles de Valencia

Me conozco todas la plazas españolas de primera, todas las de segunda excepto Castellón, algunas de tercera, cuarta y quinta, y hasta las de palos. He sido partidaria de muchos toreros a lo largo de la historia, seguidora viajera de los de mi tiempo que me gustaron, y no ha existido feria o festejo extraordinario que no me movilizara por el interés de su cartel, al reclamo siempre del buen toreo.
Pues bien, aquí tenemos las combinaciones de las Fallas de Valencia de este año, que no son malas, esto es lo que hay más o menos y para usted de contar, que es todavía peor, con las lógicas ausencias que siempre las hubo y siempre las habrá
Lo malo es darnos de bruces con la cantidad de auténticos pegapases que han logrado apoderarse del escalafón superior vendiendo humo, con la ayuda incondicional de una clase empresarial que su baza soñada ha estado siempre en conseguir colocar en las alturas a verdaderos mediocres -y a otros animales domesticados- dispuestos a jugarse la pellica por un mendrugo de pan.
Con decirles que sólo aparecen tres nombres en los carteles valencianos que me llevarían de aquí a la pared de enfrente por la curiosidad que me producen, queda dicho todo.