martes, 15 de enero de 2008

Historia de una tertulia



El título del post de hoy no me corresponde, que es propiedad de Antonio Díaz-Cañabate, a quien se lo choro sin miramiento ninguno. El Caña, ¡qué gran escritor el que fuera crítico taurino de ABC!, que le dio este nombre, "Historia de una tertulia", a una golosina de libro del que es autor, en el que recrea la que tuvo durante muchos años, junto a José María de Cossío, en el madrileño café el Lyon d'Or.´
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Una tarde cuando finalizaba la temporada del año 2002, charlando mano a mano con mi querido José Luis Suárez-Guanes, conde del Valle de Pendueles, que era la estrella del periodismo escrito gracias a su leídisima columna de Aplausos -el tabloide en época de Salvador Pascual- y ante la perrez que me invadía con solo pensar en salir a los caminos en busca de noticias de toros que contarle a nuestros lectores, fui y le dije:
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"Joder, Jose, en vez de andar como puta por rastrojo a la caza de información por entre los corrillos taurinos (gremio que aborrezco) por que no nos montamos una tertulia debajo de casa".
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A un dúo práctico de reconocida fama como nosotros, que sea la afición madrileña, puestíma, la que nos traiga las novedades semanales al pie del portal para nuestra comodidad absoluta. Y quedó constituída una tertulia torera de alto voltaje, de la que se habló mucho, aun se habla y se seguirá hablando, sobre todo en este blog.
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Por ella pasó lo mejor de lo mejor de lo más sabio de la afición madrileña (el loquitonto del Pepecarlos, aparte) y allí se vivieron tardes verdaderamente inolvidables. Como aquella en la que nos visitó Manolo Lozano -qué manera de largar- cuando sin darnos cuenta apenas, nos vimos toreando de salón por turnos con cada uno de nosotros haciendo de toro rotativo, armado con una silla, bajo la estupefacta mirada del resto de la clientela de la cafetería. Vecinos todos y amigos pero, aunque estaba acostumbrada la peña a nuestro pire, no daba crédito a sus ojos al contemplar como Suárez-Guanes, con su peso, le daba el litrazo pegando un bote "xagerao" a su compañero Luis García. O aquella otra, en la que a mi plas José Luis Teruel Peñalver, "El Pepe", y a servidora nos echaron a media tarde del bar de un hotel de lujo por reirnos, desgüevados, ya que varios clientes se habían quejado porque no se podían concentrar frente a sus periódicos. Y en la tertulia caímos con semejante swing el Pepe y yo. El Pepe, desbocado, puchando en caliente fetén, normal, es de Embajadores, para escándalo del impresentable excelentísimo señor conde de Estradas, un Noble coronado con nueve puntas del que puedo asegurar que es un caballero de una pieza, de intachable conducta, como corresponde a un tipo perteneciente al ejemplar rango de cuya cuna proviene.
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Para no alargarme, intentaré abreviar y paso del conde éste, que ya me he despachado para mañana en LA GACETA, lo suficiente, y además este fulano es de los que, como se mosquee, te busca una ruina gorda: advierto a la afición, cuidadito, que el gachó es de los que pega un telefonazo al Ministerio de Justicia, se identifica, y te puede caer hasta talego. Al lío, que la tertulia sufrío algunos baches, la mayoría causados por mi persona, se nos maleó, y nos vimos obligados a suspenderla hasta cuando algunos cuerpos, y mentes, se recompusieran, volver a retomarla con más brío y conocimientos los unos de los otros. Y ahí nos tienen todos los lunes conspirando contra el torero, el plantel al completo, el noventa por cierto de los fundadores, más otros amigos y tertulianos, nuevos, que se han ido agregando para enriquecimiento de todos los demás.
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Anoche se reanudó nuestra tertulia tras el barrigazo navideño. Quedé en ir (me veo obligada a no faltar, soy la única mujer entre semejantes energúmenos, y adorno) pero, aunque así se lo aseguré a la mayoría de mis compañeros por teléfono por la mañana, no tuve más remedio que caerme del cartel por cena imprevista con figura máxima en lo suyo.
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Ah, y no le den más vueltas, que me saco este artículo de la manga porque me da la gana. Aunque está tramado para pedir perdón a mis muchachos por el plantón, a los que no les pude entregar mi regalos de Reyes. Sólo uno y para uno solo, que será elegido por el azar a través de amañado sorteo.
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(Habrán reconocido el cuadro de Solana, "La tertulia de Pombo", póngale nombre y apellidos a los personajes retratados, que no es mal ejercicio para antes de irse a la sobatela)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues que quiere que le diga Sra. Condesa, que si para escribir estas cosas es necesario que no vaya usted a las tertulias, pues que me alegro, porque es un placer leerla.
Por cierto, que aunque sea un remolón a la hora de entrar en estos mensajes, que sepa usted que es de lectura diaria obligada.
Saludos.

Anónimo dijo...

Encontré este blog
por casualidaz
y desde entonces lo visito
todos los dias.
Ni me gustan los toros
ni los toreros y estoy en contra
de las corridas de toros aunque no soy de esos que quieren prohibirlas.

Paso por aquí porque usted
escribe magistralmente.La felicito y como tengo muchas dudas respecto a usted,
me permito hacerle dos preguntas. ¿Tiene obra publicada? el hallazgo literario de loquitonto, ¿es una acuñación suya?

Señora, la felicito sinceramente,es usted una escritora como la copa de un pino, atentamente. Su FIEL lector.

Anónimo dijo...

Mi hermana,

a mi una mujer de tu percha
me llama publicamente loquitonto
y solo me quedan dos soluciones.
Una estrangularte,
a tomar por culo,
y muerto el perro se acabó la rabia.

La otra meterme en mi casa
con la barbilla hincada en el esternón, la mirada perdida,
y no volver a salir de mi casa nunca jamás de los jamases.

Sigue así, valiente,
implacable, que tienes casta para hacer contigo media docena de ganaderías bravas.

El Sete

BETIALAI dijo...

Me uno con todo entusiasmo, querida señora, a todos y cada uno de los elegios que han dejado plasmados aquí estos rendidos admiradores suyos, con los que, por otra parte, no tengo más remedio que estar absolutamente de acuerdo.

Anónimo dijo...

Qué sino el mío, es que no me veo libre de tíos, vulgo moscones, así los fumigue con gases mostaza. Una decepción como otra cualquiera, pues me encantaría que fueran las chicas las que llevaran la batuta en este blog, contándonos lo que a ellas les diera la gana.

Pero ni moverse de aquí, queridos míos, que si los acontecimientos me vienen así, así habrá que aceptarlos y con un canto en los dientes doyme.

Gua, j.antonio nada menos que de visita por aquí, vuelva a verme cuando le apetezca, está usted en su parcela. Y El Sete, que sabe más que los ratones coloraos y al que le repito: mi hermano, como te tengo dicho, la ley es la ley y el que a hierro mata, a hierro debe morir.

Mi Beti, imprescindible siempre, y ese fiel anónimo al que le doy las gracias por los piropos dedicados a mi trabajo. Sí, señor, tengo obra publicada, aunque como no me gusta el autobombo lo que le recomiendo es que se busque la vida al respecto. En cuanto al término loquitonto entiendo que le ha impactado exactamente igual que a mí, sobre todo cuando se dedica a alguien que posee semejante perfil a medio camino de todo. No es mío, por Dios, qué lujo, que pertenece a Paco Umbral que, aunque no lo puedo asegurar, creo que se lo invento para colocárselo por primera vez al loquitonto de MAR.

Gracias, chicos, teneis que estar seguros de que nunca os voy a defraudar, zzz.

La condesa de Estraza