Les desvío al blog de Betialai, www.loquesetercie.blogspot.com, sitio en el que se está debatiendo acerca de quien pudiera ser el principal responsable de que los toros (salvo en Madrid, Sevilla, Pamplona y Bilbao, donde también se ve cada ejemplar que canta mogollón) salgan en las plazas restantes afeitados hasta la misma cepa.
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Lo que dije allí, digo aquí: el ganadero. Sí, así lo pienso y así lo escribo, y como amante de la serie negra y de todo lo que tenga que ver con el hampa, ya sé que hay crímineres cuyo autor material es un pringao sin malad ninguna. Inducido por mentes superiores, viéndose obligado a cometer el delito, por dinero, por estatus o por obligación, lo cual no le quita la culpa absoluta del que si aquí hay muerto y a él se le ha cogido con el cuchillo jamonero en mano, se coma el marrón de la condena.
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Pregunto a los aficionados de una pieza, ustedes ¿si fueran ganaderos permitirían que de su finca saliera un toro mutilado? En caso de que el interrogante resulte positivo, "sí, yo afeitaría mis toros", ¿de que se quejan? Por el contrario, si ustedes coinciden con la opinión mía: de mi casa no sale un toro afeitado aunque se tenga que pasar por encima de mi cadaver, venda corridas a manta o no, numantinamente, y ya está un vaquero noche y día trabuco naranjero al hombro por si por mis lindes apareciera un veedor. Dueños de este escrúpulo de campesino grande, ¿como es que les encuentro tan indulgentes con sus compañeros criadores del serrucho, causa principal de que usted, ganadero incorruptible, se tenga que ver obligado a vender su camada -a precio de saldo- para que sea masacrada en las capeas de los pueblos extremeños, o en las calles levantinas embolados como juguetes para diversión de los mozos?
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Por línea interna un desconocido que confiesa que está siguiendo el girigay y que firma Joselero, se conoce que admirador, se dirige a mí y pregunta que -como está seguro que le va a tocar la lotería- le vaya diciendo de que encaste escojo una punta de ganado que me piensa regalar cuando llegue el momento. Guau, qué tope, Joseleto, uf, también qué dificil... pero como una es marchosilla y curranta, me decanto por cincuenta vacas de Concha y Sierra. Treinta chorreadas en verdugo y las veinte restante de cualquier capa que con tanta variedadad se da en este hierro, más dos sementales en tipo.
5 comentarios:
Pues yo creo que mucho mal esta en los toreros,imaginase que un torero le pide al ganadero unos toros para que se luzca como ganadero,y el otro como torero luciendose pudiendoles toreando. Y encima txulee de que el siempre los mata en puntas,con dos cojones. Imagineselo. Por otra señora condesa,fenomeno el Josele este,no se yo si a uste le va a hacer falta el gri-gril,que lo tengo aca pa uste.
Un saludo,y otro pa Josele.
Señora condesa: disculpe mi atrevimiento al corregirle, pero como alguno de sus fieles lectores pinche el enlace que ha tenido Ud. a bien incluir en su post va a caer, irremediablemente, en un blog propiedad de un señor que se firma Dukinson (ya ve lo que son las cosas), quien publicó una entrada allá por junio de 2006 sin haberse molestado jamás en volver a realizar, ni tan siquiera, una sola actualización y que nada tiene que ver con este rendido admirador suyo que suscribe.
www.lacoctelera.com/betialai sería la dirección correcta en la que sus lectores podrían encontrar, en caso de interesarles, mi humilde blog que también es el suyo.
Beso su mano con todos los respetos.
Estoy contigo. El responsable último es el ganadero. Que tengan un vaquero -o al propio mayoral- constantemente pendiente de los animales, que son la más sagrada presencia que puede existir en una finca de ganado bravo. Y que viajen en el camión cuando se embarca la corrida. Y no permitan paraditas a media noche ni otro tipo de prácticas del todo deshonestas o, cuanto menos, sospechosas. Digo yo.
No nos olvidemos del taurineador, ¡el peor! el que estando "enterao" de la cosa, se vende por un plato de lentejas.
E incluso de muchos aficionados puros, que sabiendo que les engañan, no levantan la voz en los tendidos ... ¡que vuelvan las broncas y las almohadillas al ruedo desde los tendidos bajos!
"De toda la gente que anda alrededor del toro, el animal es el que más vergüenza tiene", decía Don Ignacio Sánchez y Sánchez, de Sepúlveda de Yeltes.
Sabes querida Condesa que en el campo charro teníamos una sangre brava a rabiar, "mis arranas", descendientes legítimas de la vacada más brava que ha parido España, la de Don Graciliano Pérez-Tabernero Sanchón. En lugar de vacas de Doña Concepción, mejor de Manolito Arranz.
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