viernes, 22 de febrero de 2008

Manolete

No me acuerdo si fue a Luis Miguel al que le oí decir que en España "no se puede hablar mal de los muertos ni bien de los vivos". Y es cierto, aquí somos muy dados a despellejarnos a la mínima para que en cuanto la hayamos palmado tener todas las posibilidades de que lo pongan a uno en los altares. Esta manera de ser resulta una putada, qué duda cabe, pues los reconocimientos si han de ser, que sean en vida. Excepto para un caso, y se matiza: cuando cualquiera cae víctima del toro. Toreros únicamente, aquí no cuentan aquellos que por accidente, torpeza o provocación indebida hayan perecido a causa de una cornada. Pues son los toreros los únicos hombres que implícito a su oficio, saben de antemano que cabe la posibilidad morir. Y es precisamente el conocer la posibilidad de antemano lo que le da a estos hombres el honor de ser más valiente que el resto de los mortales. En tal plaza, tal día y a tal hora... me espera, ¿habrá nacido ya el becerro que me debe matar?
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"Ni bien de los vivos ni mal de los muertos"... o todo lo contrario "ni bien de los muertos ni mal de los vivos", y me explico. Yo no fui partidaria para nada de Paquirri y sacudí en su contra lo que pude pues le consideré siempre un torero malísimo, hasta Pozoblanco, y a partir de aquella espeluznante cogida en un pueblo perdido de Andalucía, la que firma no ha vuelto a hacer un comentario en contra del padre de Paquirrín. Tampoco es que haya cambiado de opinión acerca de las calidades toreras del atleta de Barbate, y si a su figura hace falta ponerla en el sitio que le corresponde históricamente, se la pone y punto, pero nunca bajeando la biografía de un hombre que ha contribuido con su vida a dar grandeza al toreo.
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Así me lo enseñaron mis mayores y así lo practico: todo torero que ha muerto en la arena debe ser intocable como tal.
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Preámbulo que me permite apelar a la sensibilidad de ustedes, ahora que me dispongo a hablar de Manolete y de todas las ventajas de las que se le viene acusando, que impuso, hechas norma hoy día. Para empezar, y como han apuntado las visitas del post anterior, es imposible tratar con rigor el paso de Manolete por el toreo, sin situarle en la tétrica época que le tocó vivir, con la hambruna campando de norte a sur y de este a oeste. Causa principal para que la cabaña se viera diezmada tras la guerra, convertidos los toros de casta en guisotes para una población desesperada que no tenía otra cosa que llevarse a la boca. Ese es el motivo de que Manolete a partir de tomar la alternativa en Sevilla el 2 de julio de 1939, antes no, fotos hay, se vea obligado a matar auténticos utreros, famélicos novillos que, dicho sea de paso, se movían como rayos sacudiendo estopa, pues es en la velocidad donde reside el peligro principal del toro.
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Pero los mataba Manolete y el que no era Manolete, no nos vayamos a equivocar, porque el toro salía, sale y saldrá lo mismo para todas las figuras de cualquier tiempo. Una de las premisas que no se tiene en cuenta para nada a la hora de analizar al matador cordobés, es lo poco que que Manuel duró en el toreo, justo lo que va desde julio de 1939 a agosto de 1947, ocho años, o sea, menos de la mitad de lo que el plasta de Enrique Ponce lleva por esas ferias echando la pata atrás. Más aún, no ocho años, sino siete, pues Manolete en 1946 no toreó -aunque sí mató como único festejo la corrida de Beneficencia- para vivir con Lupe Sino la historia de amor más pura que personaje alguno del siglo XX haya consumado jamás.
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Es mediada la campaña del 45 cuando Manolete comienza a dar muestras de un agotamiento importante, seguramente a causa de un desequilibrio emocional debido a las tristes circunstancias familiares que corroían su ánimo. Primeras y veladas opiniones acerca de su relación con las drogas y el alcohol, pues cabe también suponer algún componente autodestructivo propio de su apabullante personalidad, como corresponde a todo romántico de una pieza. Manolete llegó a Linares con lo que hoy se podría diagnosticar como una profunda depresión, muy débil mental y síquicamente y en condiciones no muy idóneas para matar las veintiuna corridas que aún le quedaban, tras la fatal de Miura, de la intensa temporada que le había firmado José Flores, Camará.
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Y eso que el matador le había ordenado a su apoderado que deseaba que la temporada fuera cómoda en fechas, pues él ya no estaba en el toreo, que estaba a punto de formar una familia con la mujer a la que amaba con locura. Pero Manolete era una máquina de generar dinero y había mucha ambición económica a su alrededor. "No pararán hasta que lo vean muerto", Lupe, en declaraciones a un periodista a su vuelta de México en abril del 47, y es aquí donde reside la sospecha de que aquel íntegro y melancólico torero, pudiera haber sido exprimido hasta límites escandalosos.
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Manolete muere sin saber el dinero que tiene, ni las fincas a su nombre, ni tenía idea de cual era su patrimonio real. Del mismo modo, quiero pensar que ignoraba la mayoría de los manejos que se curraba Camará, su administrador, para que siguiera produciendo la millonada que producía. Camará, el inventor del apoderado moderno, que entraba y salía como Perico por su casa de las ganaderías, reseñaba, este, sí, este, no, ponía y quitaba teloneros, achantaba a la prensa y manejaba a su antojo a toro, torero y público en beneficio propio. Lo que le resultaba muy cómodo al joven triunfador, obviamente, en la higuera de todo el intríngulis que le tenía organizado su apoderado, pues él bastante tenía con torear y controlar a su madre, y los celos de su madre por Lupe Sino, causa esta rivalidad femenina tan complicada de resolver, de que Manolete pasara los tres últimos años de su vida en unas circunstancias emocionales algo más que lamentables.
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No es justo cargar en las huesudas espaldas del héroe las culpas de todos los vicios que, a partir de él, hicieron mella en el toreo hasta convertirlo en un melonar. Dispensa solicito para aquel que dio su vida -¿qué más se puede dar?- frente a Islero. Gloria a Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, valiente cordobés de imborrable recuerdo en la memoria colectiva de la Fiesta.

11 comentarios:

Jose dijo...

Señora Condesa, quisiera felicitarle por éste artículo sobre Manolete. Supe de la existencia de su blog hace unos diez días y, desde entonces, soy un fiel lector suyo.
Desde aquí le transmito mi apoyo para que siga con su interesante labor. Un saludo.

Anónimo dijo...

Sra. Condesa:
Me siento aludido por mis comentarios del post anterior y entro al trapo. En primer lugar voy a repetir algo que ya dije:

“No quiero restar mérito alguno a un hombre que dio su vida en la plaza y merece todos los respetos, pero tampoco hay que ser ciego a las consecuencias que trajo su paso por los ruedos, o tal vez yo creo que las circunstancias en que éste se produjo”

Como no sé ni subrayar ni poner negrita, etc. vuelvo a repetir otra vez el final anterior

“.… o tal vez yo creo que las circunstancias en que éste se produjo”

Creo que con esto queda claro que, en mi opinión, no fue Manolete el único culpable de la deriva que tomó la Fiesta durante y después de su paso por los ruedos, pero, también en mi opinión, el hecho de caer en la arena -en el ejercicio de un profesión de riesgo que él mismo escogió- no debe ser óbice para que no reconozcamos que alguna influencia tuvo y, menos, creo yo, para afirmar que los ganaderos perdieron el trono MUERTO MANOLETE.
LUPIMON

Anónimo dijo...

Sra. Condesa:
Me siento aludido por mis comentarios del post anterior y entro al trapo. En primer lugar voy a repetir algo que ya dije:

“No quiero restar mérito alguno a un hombre que dio su vida en la plaza y merece todos los respetos, pero tampoco hay que ser ciego a las consecuencias que trajo su paso por los ruedos, o tal vez yo creo que las circunstancias en que éste se produjo”

Como no sé ni subrayar ni poner negrita, etc. vuelvo a repetir otra vez el final anterior

“.… o tal vez yo creo que las circunstancias en que éste se produjo”

Creo que con esto queda claro que, en mi opinión, no fue Manolete el único culpable de la deriva que tomó la Fiesta durante y después de su paso por los ruedos, pero, también en mi opinión, el hecho de caer en la arena -en el ejercicio de un profesión de riesgo que él mismo escogió- no debe ser óbice para que no reconozcamos que alguna influencia tuvo y, menos, creo yo, para afirmar que los ganaderos perdieron el trono MUERTO MANOLETE.
LUPIMON

EL CABALLERO NEGRO dijo...

Complicado el tema que propone Sra. Condesa, complicado tema, mezclamos el sentimentalismo con el toreo, Espla despues del cornalon de Ceret la temporada pasada, donde se le daba por muerto, las primeras palabras que pronuncio en el helicoptero que le llevaba al sanatorio fueron "Esto entra en el presupuesto".

Si aceptmos este axioma, yo lo hago, pero entiendo quien no lo acepte, el torero vivo o muerto y sobre todo en el ruedo esta sujeto a la opinion y hasta critica de su arte.

Yo como Vd. criticaba sin ferocidad a Paquirri y lo sigo criticando, de Jose Falcon nadie se acordaria si no hubiera sido muerto de una fatal cornada que el mismo provoco de un toro del Hoyo de la Gitana en Barcelona, y como estos ejemplos miles.

El torero deberia asumir, cada vez son menos los que lo hacen que el propio desarrollo del arte que practican puede conllevar la muerte y por lo tanto asumirla con normalidad.

Por ello cuando se produce el accidente o error (la mayoria de las veces error) fatidico mi corazon se resiente y llora pero mi mente dice "Esta en el presupuesto".

Por lo tanto el tipo de muerte que sufra un torero y mas si ha sido en el ruedo no le exime de la critica y analisis de lo que ha sido su trayectoria, se llame Espartero, Falcon, Manolete,o Juaquin Camino, han dejado su vida practicando algo en lo que sabian que ella estaba en juego.

El Guerra decia "la leche y las pesetas para casa o algo parecido", el estado fisico y animico de cualquier torero lo controla el mismo y no es excusa para justiicarle absolutamente nada, empezando por Morante o El Pana (ya que esta de moda y escribo de suramerica aunque ando tambien por las ferias españolas y soy español).

Se pone a parir a Camara y con razon, pero este no era mas que un Victoriano Valencia, Ponce no sabe ni se precupa de los trapicheos confia ciegamente en Victoriano, como cuando metio la pata con el remarcado de un toro en la Mexico y fue sancionado Ponce que estaba en Acapulco retozando al sol con Paloma.

La verdaera mano negra de las desventuras de Manolete fue el Marques de Villavicencio (estirpe Domecq) y nadie mas que Manolete tiene la culpa de haber aceptado su influencia.

Ese negro personaje aborto la boda post mortem con Lupe Sino, mantuvo al diestro apartado del mundo al igual que se mantuvo apartado del mundo (aunque el silogismo lo traigo por los pelos) al caudillo y manipulo todo la manipulable empezando por su fortuna y en cambio ha quedado causi en la sombra, que si la impericia del medico de Linares, que si la avaricia de Camara que existio antes de la cornada, despues la avaricia fue del Conde de Villavicencio (que luciria mejor el titulo de Estraza que Vd. respetada condesa) en lo que no queria entrar es en el famoso suero caducado que se le inyecto por orden directa del Caudillo y con Gimenez Guinea de facultativo con el parabien del lamentable conde Estrazoso, porque no olvidemos que Manolete cuando llega el suero (con toda la buena fe del dictador) ya estaba en periodo de recuperacion y hay fotos hasta fumandose un cigarrillo.

Toda esta perorata es para llegar a la conclusion que no hagamos de la muerte implicita en la profesion y que ademas estuvo excesivamente quiza negramente trufada de oscuros intereses desalmados del entorno, la muerte de un heroe mas alla del bien y del mal y exento a la critica de su actuacion como torero y su influencia en la trayectoria de la fiesta.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo
con usted al cien por cien,
condesa,
que lo borda
y si sigue así será la referencia
de los blogs de toros.

CURRITO

Anónimo dijo...

Manolete murió de pena en brazos de Islero. Su triángulo de Escarpa se partió como se partió su triángulo amoroso entre él, Doña Angustias y Lupe Sino.

Murió de pena.

Manuel Ortega

Anónimo dijo...

Pues yo señora sondesa no estoy muy de acuerdo con uste. No creo que Manolete se comiera tantas lonchas de pera y los tragos para quedar tocado,aunque si que la creo lo de la madre y sus parasitos allegados. Pero leyendola,no he podido parar de acordarme de Pablo Romero. Los llego a matar Manolete?
De lo que no tengo duda es que los males comenzaron por culpa de Patxiko Frankkko.

Anónimo dijo...

Por su cercanías
al régimen
nunca me cayó
bien Manolete...
ahora lo que no
pude pensar es que
sufriera una profunda
depresión,
ya le dije que soy
un profesional de la
medicina

Su FIEL lector

Anónimo dijo...

En el otoño pasado tuve ocasión de ver una exposición fotográfica sobre Manolete, realizadas porRicardo. Las fotos se centraban, en buena parte, en aspectos cotidianos de su vida. Era verdaderamente impresionante la expresión de lejanía y ausencia del diestro. También la delgadez de las manos, propias de un artista y de un esteta. Tenía un aire casi decadentista, incluso de dandismo. No es nada extraño su enorme influencia, y no sólo por su altura como torero. Las fotografías, en fin, transmitían de manera perfecta su elegancia y el indiscutible respeto que todavía nos inspira a todos.


Sobre el peso de los toros. Néstor Luján, en el capítulo dedicado a periodismo taurino y dentro del correspondiente tomo de Cossío, aporta las siguientes cifras:

El 21 de julio de 1945 en Palma de Mallorca, se lidió una corrida cuyos toros pesaron: 178, 216, 213 y 193 kilogramos.
El 30-9-1945 en Úbeda, con Domingo Ortega en la terna de matadores, hubo otra corrida con reses de 181, 176, 160, 156 y 172 kilogramos.
En otra celebrada en Belmonte (Cuenca), se lidiaron cuatro toros de 131, 142, 143 y 133 kilogramos. (Se entiende que el peso es en canal).

Su artículo señora es soberbio.

Reciban ustedes un cordial saludo.
Gómez de Lesaca

Anónimo dijo...

Abel Gance, director de cine importantisimo, lunatico y visionario (al igual que griffith en estados unidos), ya un poco olvidado, queria rodar una peli alrededor de la figura carismatica de Manolete.
no fue.
quedan unos 8 minutos rescatados y creo que actualmente en la mano de la cinemateca española.
les recomendo verl este "rush" porque creo que se resiente todo lo que el señor lesaca describe en su comentario al entorno de las fotos de la expo que vio.
manolete, cara y cruz, cruz y raya de una epoca, no ?

ludo

Unknown dijo...

Señora Condesa,
Participo en Francia en un juego sobre la corrida de toros y una concierne a Manolete.
Leí sobre el sitio Web su articulo "El itinerario de la vida y muerte de Manolete en la efemérides de la mortal cogida por "Islero" en Linares" y creo que puede ayudarme.

Busco el nombre del cocinero que preparó la última comida de manolete.
Sé que era en el hotel cervantes de linares.

Conoce la respuesta?

Gracias por su ayuda