domingo, 3 de febrero de 2008

¡Arriba!, Teruel

Fue el torero de mi adolescencia, por él aquella niña dejó de soñar con Minguelín, aún Miguel Mateo en mi recuerdo de veterana aficionada como uno de los toreros más grandes que una haya tenido la suerte de admirar.

Le vi matar cantidad de corridas de toros, incluida la de su alternativa, una tarde de junio por San Pedro, en Burgos. Alternativa a la que tenían previsto acudir mis padres, desde Santander, con otro matrimonio amigo. Inolvidable para mi familia aquella excursión al páramo burgalés debido al monumental pateo que formó servidora hasta conseguir que mis viejos no tuvieran más remedio que cargar conmigo, siempre contando con la complicidad de mi señor padre, y adiós plan para un viaje turístico en libertad.

Luego, no se me olvidará, aquel torero de Madrid deslubró mis ojos infantiles cuando fui testigo de cómo recogía de la arena de la plaza de Navalmoral de la Mata un collar de brillantes con unos pedrolos como nueces, sin inmutarse, que le había lanzado al ruedo el carcamal de Barbara Hutton. Mientras el público observaba a la multimillonaria americana indicarle que se lo guardara porque era un regalo -como así se hizo- y al alcance de todos la escena irrepetible, pispándose los mayores de como a esta desdichada mujer se le caía frente al joven la baba guiri. Años más tardes, yo ya una moza, y quizá debido a la proximidad de ambos a la casa Dominguín, y sin poder precisar cómo ni cuándo ni dónde ni quién nos presento, Angel Teruel y yo nos conocimos.

Para aquellos lectores que tengan la suficiente paciencia como para tragarse esta sábana (¿será por paciencia?, ni Santo Job, colegas) traigo a la palestra algunos datos profesionales del diestro de Embajadores. Deben considerar el hecho como un servicio público dada mi filantropía, pues pretendo únicamente que se compare la percha de la última generación de grandes toreros, ya perdida en el tiempo, con la mentalidad de los toreros de hoy día. Teniendo en cuenta que los toreros son hombres, no máquinas, Ángel en 1973, tras fracasar en la Maestranza en abril, se tomó un descanso. A la baja, habiéndo sido máxima figura, y arrinconado por los taurinos y otras especies depredadoras, se anuncia en Vitoria un año depués con una corrida del abuelo de Vicente Sánchez-López, se la juega, y tiene la suerte de que Alfonso Navalón, que andaba por allí cubriendo la feria para "Pueblo", le haga el cronicón del siglo.

Porque Alfonso puso en figura a muchos toreros con sólo una plana, la mayoría de ellos ingratos sujetos que le volvieron luego la espalda. Ingenuos personajes que no calibraron lo despiado con el enemigo que podía llegar a ser el magnífico escritor charro. Un tipo implacable Alfonso, temeroso, todo aquel que se la jugó aviado iba, pues jamás le levantó la vara a nadie que le hubiera herido profundamente con el arma sibilina de la traicción, y traidores tuvo muchos. No fue el caso de Ángel, ¡un tío!, de los que puedo asegurar que se profesaron un extraordinario cariño y el respeto mutuo de la amistad verdadera. Con Navalón a favor, sale lanzado Ángel Teruel de nuevo al estrellato, para desde su altura solicitar la corrida de Miura para las temporadas 75 y 76, feria de San Isidro.

Le sigo admirando. Así, hace pocos años una de las revistas taurina en las que he trabajado, no puedo precisar cual pues he estado en todas y de todas me han echado, me encargó una estrevista con Manolo Cortés. Localizado el de Gines, me dio cita en el vergel extremeño de Los Ángeles, finca propiedad de Ángel al pie de Talavera, y allí acudí acompañada por un fotógrafo. Aunque me pase de espacio, lo voy a contar, hijos, que esto del Internet es lo que tiene, que te puedes pasar de tiempo y de espacio, y hasta de rosca, y ando yo por añadidura dominicalmente como muy dicharachera.

Verán, allí en el campo vimos una tarde toreo del caro, pero del caro, ocurrió que Manolo Cortés se encerraba con dos pepes en plan campero, y aquello fue el acabóse. Tras Manolo, Miguel Bienvenida hizo otro faenón con un novillo defectuoso, con un aroma de la casa que aun estamos paladeando. Al fondo, mientras anochecía, se encontraba encerrado en un corral un pavo, castaño, en puntas, reglamentario, bizco, que no estaba previsto echarlo al ruedo. Pero Ángel Teruel, se conoce que al entender cómo había toreado sus compañeros, picado, porque el de madrileño tiene casta y es de los que se pican, pidió que soltaran el toro para sorpresa de todos. Y lo que vimos entre dos luces sencillamente no se puede relatar.

Está Ángel Teruel ahora ingresado en una clínica, debido a un problema de corazón, y le acabo de llamar por teléfono para acompañarle un rato. El repaso que le hemos pegado al toreo actual, y sus circunstancias, ha sido suave, qué manera de largar, si me muerdo la lengua es que me enveneno en mi propio jugo. Lo cual, mi más conocida fuente de inspiración, los hermanos de la Sagra toledana, como tema favorito a despellejar. Anda, Ángel, dime una maldad para mi blog, sé bueno.

"Oye, guapa, a ver si nos vemos, que me he venido a vivir a Madrid, oye, ¿qué crees tú? porque yo creo que el Luisma ese tiene más pelo que todos los Lozano juntos".

Y no nos hemos podido reir a nuestras anchas para que al torero no se le saltaran los puntos... suspensivos, los puntos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ole

Anónimo dijo...

Extraordinario blog taurino de opinión al que le deseo larga vida.
CLIC.

Anónimo dijo...

Mola.

Anónimo dijo...

Condesa,
soy muy joven
y no le vi torear
pero siempre oi hablar muy bien a de mi padre de Teruel.
No entiendo con cual ganadería dice usted se levantó el maestro en Vitoria.

Profesional del toreo.

V. Sánchez López dijo...

¡Grande Teruel! Al igual que el Maestro.
Un beso Condesa.

Anónimo dijo...

Condesa, me pasa exactamente igual que a Profesional del Toreo referente a la ganadería con que se levantó Angel Teruel en Vitoria, dice usted que del abuelo de Vicente Sanchez-López y veo que existe un comentario anterior de alguien con ese nick, ¿es el ganadero?

MANOLO PERNALES

Anónimo dijo...

Yo soy de Navalmoral de la Mata, y no se porqué pero la familia Teruel se relaciona con esa zona de alguna forma, no se si tienen fincas cerca o algo así. Soy muy joven para ver lo que usted recuerda, pero sabiendo que toreros importantes torearon en mi pueblo hace algún tiempo, me molesta que hayan pasado muchos años sin programar ningún festejo.
Ahora están construyendo una plaza, aunque cosas del politiqueo, han salido rápido a decir que no es una plaza, que es un centro multicultural, lo dicho, seguiremos sin toros.

La condesa de Estraza dijo...

Kaparra y desperdicios, con dos palabras únicas y lo entiendo todo, muchas gracias por el ahorro verbal.

CLIC, eso pretendo, hacerme un huequito en la taurored con un blog de opinión, sincera siempre, comprometida, comunicada de modo que no se me aburra el personal.

Profesional del toreo y Manolo Pernales: Victorino.

Anonímo, te ruego que la próxima vez que se te ocurra poner un comentario aquí, firmes con un nick. Como el caso de Navalmoral existen cientos en cientos de pueblos de España: estamos ante una movida ladrillera más para beneficio único de especuladores varios. Luego, nada más prostituido en este momento que el uso del lenguaje. Todo son eufemismo, todo políticamente correcto, estamos en un tiempo en el que no se puede dirigir uno a las cosas por su nombre. SOS, pues el habla es trasguesora por naturaleza. Pla-zas de to-ros, coño, ¿qué es eso de centro multicultural o espacio polivalente?

La condesa de Estraza