Novillada de Montealto lidiada ayer en Madrid (detalle)
Hubo una época, rondando los años cincuenta del siglo pasado, en la que comenzó a desaparecer de la dehesa a velocidades de vértigo la variedad de pelos propio del ganado de casta, existiendo tratadistas que le echan la culpa principal del disparate a Atanasio Fernández, que siempre seleccionó hacia lo negro, más conocido don Ata en Charrilandia como el Mago de Campocerrado o una cosa parecida.
Décadas, posteriores, hasta hace casi nada, en las que todas las camadas que se lidiaban en todas las plazas era de toros de pelo oscuro y cuando salía uno de capa clara la gente coreaba un oooh, milagro, un toro rojo, y en la memoria coletiva queda fijado alguno legendario por su color, como el blanco de Osborne, que inmortalizó Antoñete.
El fenómeno que supone contemplar como en tan corto espacio de tiempo se han recuperado los originales pelajes de la cabaña brava, a granel, un cambio repentino muy cantoso, y como no me fío de las perrería profesionales que emplean los forajidos del far west del encinar patrio, podría llevarme a malpensar.
A ver si es que ahora resulta que algunos ganaderos de postín están seleccionando prioritariamente por el tono de la piel de los animales, relegando cualidades mucho más importantes para el comportamiento del toro en la plaza y para la perpetuación de la especie, sacrificando de paso otras decisivas, fundamentales e intocables.
Estos elementos del taurineo son capaces de cualquier cosa y lo mismo, y como son muy listos, se han percatado de que existe un mercado entre determinada afición que demanda jaboneros y toda clase de salpicados y otras hierbas (y los mitifican sin ton ni son estos incautos) y están trabajando únicamente los señores criadores para cubrir la demanda visual, en criminal práctica la aberración de seleccionar a través de lo externo, eliminando todo lo bueno que madres y sementales lleven dentro.
Un fenómeno como otro cualquiera, ya digo que a mí me llama la atención desde hace un tiempo, y lo saco al aire por si alguien de ustedes ha comprendido lo que quiero decir y también le hubiera chocado el artificial método.
Foto de Manón, reconocido artista venteño al que se le piden disculpas por alterar el encuadre a gusto personal.
7 comentarios:
Entrer dos toros de igual tamaño y distinto pelaje, el de negro siempre parecerá de menos trapío que el de otro pelaje, por ejemplo, jabonero. Esto, no es un invento mío, sino que ya lo dijo hace muchos años don Luis Fernández Salcedo, cuya familia, fue, por cierto, la primera, o d elas primeras, que tendió en la selección hacia lo negro, con el famoso semental "Diano", que fue convirtiendo el retinto del encaste Jijona que tenían los toros de Martínez, en el negro de lo ibarreño, y eso ya antes de 1910. Los taurinos, son, en efecto, muy listos, y un toro jabonero, aunque sea torito desmochado, trae en el subconsciente colectivo reminiscencias de la tauromaquia de siglos pasados, y se olvida todo lo demás, aunque no se sepa quiénes fueron don Vicente José Vázquez o el Duque de Veragua.
Para muestra de parte de lo que dice, Pablo-Romero. Selección por pelaje y por mansedumbre. Por bravura imposible.
Exactamente desaparecieron y solo quedaron los toros negros, recuerdo que en el zoologico de Barcelona pusieron un ensabanado en exposición zootecnica y la gente decia esto nos es un toro es una vaca, el toro se llego a pensar que solo era negro.
Eliminaron las capas y ahora reaparecen como setas, significa que no eliminaron todo y guardaron toros de distintas capas por si hacia falta, si es así pues a lo mejor tambien han guardado los encastes que llaman perdidos y si la presión (demanda y boicots) es suficiente los recuperan, al igual que la bravura y la casta, porque realmente lo del color de las capas no se entiende, solo con la regresión genetica no es suficiente para lograr la abundancia que hay hoy, por una vez iluso de mi veo un rayo de esperanza.
La tendencia comercial tiende a "privilegiar"el fenotipo en lugar de ahondar en mejorar el fenotipo que actualmente solo da comportamientos bobalicones, en lo que ;Joaquin Vidal denomino "El toro Lelo". Saludos POCHO
Un pequeño error novillada de Montealto, no del Montecillo,aunque todo proviene de lo mismo via ventorrillo.
Gracias, Anónimo, por el apunte, inmediatamente quedará corregido el error.
Hasta mañana si Dios quiere y que pasen ustedes feliz y calurosa noche, porque se advierte a los lectores no madrileños que en la capital en este momento está cayendo lava.
La condesa de Estraza
hasta deshidatracion la lava?
ojo y que tambien se guarde el coro, porque no estare para cuidar lo del liquido!
un beso
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