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Ayer se celebró en Ávila la corrida de la Beneficencia, organizada según rezan los carteles por la Diputación y la empresa Servicios Taurinos del Duero, S.L.
Fueron lidiaron seis chotos de Valdefresno afeitados (presuntamente, supuestamente, al parecer, no sea que me entrullen) por El Cid, Javier Valverde y Alejandro Talavante, que cortó una oreja. Ante un aforo que rondó los tres cuarto de plaza y con un frío polar en los tendidos, público el avileño de una inocencia infinita.
Aquí tienen la foto de uno de los novillos corridos, sacada del blog torero de Rosa Jiménez Cano, que se hinchó la tía con un zoom nuevo que le había traído de Chicago Willy Cann.
¿Quién es el responsable de lo que ustedes están viendo en la imagen?
Pues miren, a mi manera de ver y entendiendo que los toreros cuanto más se les permita manipular al toro, mejor para ellos, y que como los empresarios suelen ser los apoderados de los toreros y además de las pelas de la taquilla se embolsa la comisión der mataó, a mi manera de ver el principal responsable de esta aberración es el ganadero.
Pero reparen en que el festejo estuvo organizado por la diputaçao provincial, luego la responsabilidad última de semejante atraco recae en la autoridad, que como todo aficionado sabe en cuestión taurina es absolutamente corrupta.