lunes, 4 de octubre de 2010
Por soleá
Me disponía a oír las radios de toros, domingo noche, pero quita, quita, menuda paliza, huyo de la SER y de la COPE como de la peste, zzzzz.
Y acudo como siempre a Camarón como ciervo que a la fuente de agua fresca va veloz, seguimos en Málaga, 1990, Tomate, sembrao, en una pieza que lleva más torería encima, y su explicación, que todos estos locutores de chichinabo en programas de radio paranormales que tanto daño le están haciendo al toreo.
Ni caso les hagan.
Charlatanes, antiguallas, obvios por simples, dan grima, es preferible Iker Jiménez y sus misterios o cualquier entretenimiento similar, de lo contrario, Camarón, Camarón y Camarón en la madrugada II tras Juan Mora, oído al parche y a escuchar detenidamente pillando claves de nuestros primicos los flamencos. Fuera ya de una puta vez determinados personajes del mundo del toro, jubilación, merecida, pero jubilación, que si les seguimos dando bola acabarán con todo lo que tengan que acabar sin que les importe el desastre que se le avecina a la Fiesta internacional.
Camarón por soleá, decía, ahí está todo lo que tiene que estar y lo demás es cuento, no se pierdan detalle y comparen radiografías.
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3 comentarios:
Camarón de la Isla y Juan Mora, una vez más acertadísimo su artículo, Sra Condesa de unir estos dos nombres con el titulo "POR SOLEÁ".
De entre todos los palos del flamenco destaca por su grandeza la "soleá" y la "seguiriyas", pero nos centraremos en este comentario con la "soleá", para hacer justo honor al titulo del artículo.
El pasado sábado sobre el albero de Las Ventas hubo un torero de Plasencia (que sin ser muy pródiga en flamenco) toreo por SOLEÁ, esos muletazos eternos y llenos de sentimiento, como el flamenco, llevaban la firma de Juan Mora. Esa faena corta, pero medida, hasta el momento de ver al toro para la muerte, y con la ventaja que le daba el llevar la espada de verdad, le permitió hacer la suerte con la rapidez necesaria, para que esta faena pase por derecho propio a la historia de esta plaza. Enhorabuena TORERO.
Han pasado 18 años que el cielo del flamenco perdió su estrella más brillante.
Sí. Han pasado 18 años desde que el puñal frió e inclemente de la muerte traspasara el corazón del pueblo gitano para dejarlo, sin norte y sin amparo, huérfano de su voz más sentida. Desde El Torrejón, de Huelva, a La Chanca de Almería; desde el granadino Sacromonte a la Cava de Triana; desde El Perchel, de Málaga, al Barrio de Santiago, de Jerez de la Frontera, un vacío infinito sigue llorando en los bordones de la gente de bronce...¡Se les murió José!
Se murió Camarón y algo del cante se murió con él; más no sólo del cante: con su pérdida, también el toreo sufrió en el alma el escarabajo amargo del dolor más profundo. No sólo por el artista cuya voz sirviera de capote de paseo a la inspiración de más de una coleta; no sólo por el amigo de tanta torería y por los muchos "ratitos" que guitarra y montera echaran con él tan a gusto -charla, copas y cante- en la intimidad amistosa de un cuarto de cabales, sino también por el chiquillo que soñara ante el oscuro espejo de los trajes de luces la posibilidad de ser torero. Porque aquel niño rubito y sonriente, que viniera al mundo en diciembre de 1950 envuelto en la claridad de las salinas de San Fernando, pasó su infancia y primera adolescencia abrigando la ilusión de emular las hazañas de su paisano Rafael Ortega. (Esto lo escribió Santi Ortiz).
Enrique Montiel dijo de Camarón: "En Camarón de la Isla estuvo siempre el misterio, quizá por eso fue un personaje misterioso y mistérico, silencioso, callado y humilde, inaccesible y cercano, furiosamente humano, familiar y entrañable"
Creo que a sido en "La Razón" en donde se a dicho de Juan Mora lo siguiente: "Como el libro que se encuentra en el último estante de casa y se pasa la mano para quitarle el polvo. Al descubrir el título, se recuerda cuánto se disfrutó leyendo aquellas páginas. Así, fue la actuación de Juan Mora. Echar la vista atrás unos años y recuperar a un matador sincero, clásico, serio, torero de pies a cabeza. Puerta Grande, rotunda, a ley y el regusto añejo, con aroma a otro tiempo, de una tarde histórica en Ls Ventas".
Por último me gustaría pensar que todos los aspirantes a ser algo dentro del mundo del toro, se mirarse en el espejo de Juan Mora.
Y nada mrejor que terminar "Por soleá" con la letra de una de Camarón de la Isla, que se titula: "El espejo en que te miras"
El espejo donde te miras
Te dirá como tu eres
Pero nunca te dirá
Los pensamientos que tienes.
Si tu mal no tiene cura
Yo le estoy pidiendo a Dios
Que en la misma sepultura
Nos entierren a los dos.
Gitana enciende la luz
Que tengo una borrachera
Que a Undibel le hablo de tu.
Saludos cordiales de Un Romántico
Sra Condesa
qué emoció tan grande. Cuánta verdad. Que muletazos tan profundos. Qué forma de lancear a una mano. Qué forma de coger la muleta. Qué torero.
Rápidamente me vino a la mente una encerrona hace la tira de años en la plaza de toro de Cáceres con 6 victoninos.
Aquello fue algo inolvodable. Recuerdo con perfección la entrega y verdad de aquella tarde en la uno victorinos terciaditos levantaron una enorme espectación.
Toreo de arte, sí, pero TORERO con dos cojones
usted sabe de mi admiración por este paisano. Ójala le sirva para torear lo que él quiera la temporada que viene.
Por cierto, me impacta su verticalidad, que lejos de frialdad, que es lo que transmiten otros toreros "verticalistas", transmite verdad.
quizá, lo relevante, más que la verticalidad, sea que carga la suerte y se enrosca al toro pasándoselo muy cerquita...
Una delicia
Por cierto, la llamé nada más cortar las dos orejas pero supomngo que con el alboroto de la plaza no oyó la llamada
Un saludo
Andrés de cáceres
Su presencia aquí, Romántico, es un lujo.
Viene usted a oxigenar este espacio empeñado en descubrir un movidón muy desagradable que se ha venido produciendo en los tendidos de la plaza de Madrid en perjuicio del toreo, encabezado por cuatro payos de mala muerte que han querido hacerse con los mandos del santuario de la calle de Alcalá desde la más garbancera corrupción y que han logrado variar, desde la más absoluta falta de pudor y porque el mundo es así de tonto y durante una década, el rigor histórico de un enclave cultural como es la monumental venteña.
Perdone la brasa inmerecida, estoy que ardo, así que me acomodo al tema y le cuento.
Conocí a José, en su distancia, pero ciñéndonos al video por soleá, puesto aquí, sólo debo decirle que, como digo en el texto, intenté empaparme de las radios de toros dominicales y no lo pudo resistir, rondaba en mi cabeza Juan Mora por soleá y estos impresentables de las ondas le trataron en las entrevistas que le hacía al torero como a un verdadero julai.
Mire, por soleá José en la cinta presente y para volvernos locos, sólo hace falta fijarse en que tono canta, de mujer, tono de mujer y no de todas: compromiso del gurú, se llama eso, que jamás se alivió ante los acontecimientos vinieran como vinieran. Y ya es que me tiro por los suelos en cómo está metida la última letra: no se puede ser más grande:
"resía esa gitana,
mere..."
Andrés de Cáceres, camarada, como contigo he hablado por teléfono hoy largo y tendido sobre Juan Mora, me vas a perdonar pero tengo mucho sueño tras el curripén de la jornada miércoles y me dispongo a meterme en la piltrosa. Advirtiendo al personal
que queda una entrada anterior con comentarios sin contestar -interesantísima- que serán respondidos mañana en cualquier rato libre.
Besos en la tripa de ella, primerizo papá Andrés, que el bautizo va a ser 'sonao'.
La condesa de Estraza
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