El Lobby y la prensa (III, Iª parte)

Una confesión y una advertencia: advierto que la trama que ustedes tienen oportunidad de seguir al leer el presente texto, no es la única documentación de la que dispongo sobre lo que se relata a continuación, simplemente resulta un espino que apenas comienza a enseñar la punta.
Confieso que a la hora de ponerme a redactar esta entrada, he tenido dificultades pues no acertaba a dar con la correcta línea narrativa, ya que en el desagradable asunto que nos ocupa se cruzan contenidos personales ensamblados con los profesionales de una manera constante, tejiendo una tela de araña pegajosa dispuesta a que caiga atrapado cualquiera sin remedio y directamente al fonche.
Una vez convencida de que separar ambas facetas era lo idoneo y decidirme a comenzar por la personal, opté por dividir el trabajo en dos partes, luego habrá una segunda en la que daré mi parecer sobre lo que ha sido el Lobby relacionado con los medios de comunicación, raíz burladerocom, primera época del portal y en donde está la miga, de la que tengo una suculenta versión. También he renunciando a contar por orden cronológico la parte que tratamos ahora de esta historia, que seguramente hasta se hubiese entendido mejor de ese modo, pero sin embargo lo hubieran entendido menos personas y yo deseo darle la máxima difusión.
Así que al grano, vamos a empezar por la piara de txerris con el verraco abriendo fila, y a leer entre líneas lo que pone aquí. Se conoce que tras de hablarse de lo divino y de lo humano, es decir de toros y de lo que no son toros, la conversación se materializa despiadadamente sin pérdida de tiempo aquí, para ya a todo trapo funcionar la máquina delictiva con la colaboración de diversos comentaristas siendo pateados varios artículos considerados por el Código Civil como delito, a la disposición de ustedes aquí.
Nadie puede imaginarse como pudo pasar servidora aquellos días, aún inexperta en Internet, mucho más, que ya es decir, que hoy en día. Me sentaba por las mañanas al ordenador y me sentaba tiritando, pero había que sentarse, yo trabajo en este lugar. En pleno y duro tratamiento médico por causa de una depresión profundísima, de la que me avergonzaba por entonces porque me daba lache su origen y hoy la llevo en el recuerdo como la maestra que me enseñó que la cabeza puede inflamarse exactamente igual que el bazo. Con la vida doméstica desquiciada, sujetando servidora la furia de su cuadra de caballos de alta escuela, desbocados, dispuestos a salir a los caminos y arrasar todo lo que encontraran a su paso. Neutralizando yo el tranco de esos potros pura sangre, manteniéndonos en silencio, aunque nada más fuera para dar por nuestra parte ejemplo de civilización y de cordura, de temple y de resistencia.
El pellejo del verraco vasko ya chamuscado en su propia matanza y a punto de ser colgado en forma de chorizos, más el blog de la Leticia Ortiz de la Titulitis borrado del mapa y los artículos comprometidos del chofrecom tapados como el que teme algo, ha llegado la hora de ocuparnos de los garrapos, de Zaragoza, siempre tirando de la teta poderosa como lechones que son, con esta perla de la corona que pueden encontrar aquí.
La inquietante y tan celebrada reaparición por parte de la antigua blogosfera del leporino Alien y su corte de aduladores sirviendo de comparsa subliminal, que me aterrorizó por su reconocida trayectoria encaminada al Mal, pasé miedo, mucho, siempre comunicando en lenguaje cifrado, sus claves y sus puyas constantemente dirigidas a donde más duele, aquí la tienen. Mas no podía faltar el siempre divo entre el pelotón de tontos, el inefable y ladino Manon, fotógrafo acomplejado de Taurovent, como acostumbra en su escurridiza posición a medio camino de todo, jugando a modelno, saltimbanqui ignorante de que el nuevo en esta plaza es él.
Señor Chopera, José Antonio Martínez Uranga, apelo a su figura de venerable anciano, al respeto que como persona usted sabe que le tengo, a su posición como gobernante máximo de la república bananera en la que está convertida la Monumental de Madrid, a su autoridad, porque la audiencia se acaba de enterar de que en un delito de maltrato sicológico a mi persona
-presunto aún-
existen dos empleados suyos relacionados. Uno fijo, Juan Pelegrín, el otro no sabemos si pertenece a su equipo o no, de nombre Fernando Polo, y ya que nos ponemos no estaría mal que se le fuera aclarando la duda de semejante enigma al público soberano por el bien de usted y de todos.
Ah, importantísimo, y como mis sospechas van tan lejos tras haberme devanado los sesos de esa manera, bien hasta podría haberse cometido alguna fechoría desde las terminales de algunas de sus plazas de toros. Aunque en el caso de su empresa es pura hipótesis, no sería la única relacionada de alguna forma, ya que según nuestra investigación una respetable industria de lácteos vasca podría estar vinculada por uso indebido de su sistema informático, se entiende que por parte de algún empleado desaprensivo, por lo que si usted desea cerciorarse de lo que digo puede acudir aquí.

Se hace saber que a estas personas que aparecen citadas como mis agresores, la que firma no conoce a ninguna de nada.
(continuará)

(En la foto el dictador panameño Manuel Antonio Noriega, "Carapiña", sátrapa bananero)