jueves, 16 de abril de 2009

Próximamente, carta abierta a Chopera, empresario de Zaragoza

8 comentarios:

el espontáneo dijo...

Me encanta tu blog! mezcla la rigurosidad y afición con lo ameno.

Enhorabuena,y saludos de otro blogero aficionado a los toros

EL CABALLERO NEGRO dijo...

Querida Condesa no me ponga estos avances, que me deja sobre ascuas y me cuesta hasta dormir.

Anónimo dijo...

Cuidadín, que unos cuernos son unos cuernos aunque sean de goma (y punto).

El Coronel dijo...

Sra. Condesa ardo en deseos de leer su carta abierta.
Salud

La condesa de Estraza dijo...

Espontáneo, gracias por los piropos que le dedicas a este espacio. Todos los que trasteamos por aquí nos sentimos muy orgullosos de que nos consideres eso al menos, amenos, ¿qué menos? Así que siéntete como uno más entre nosotros:
al agua, patos.

Caballero, Coronel, y este Anónimo al que meteremos en el bravo saco de la afición zaragozana, con voz desconocida, y al que tanto comprendemos cuando nos oculta su identidad pues ya está dicho en este blog que la elite cabañera ejerce métodos expeditivos contra los disidentes.
Caballero, Coronel y Anónimo: me gustaría decirles, señores, que puediera darse el caso de que la carta que dirigiré indignada a José Antonio Martínez Uranga, "Chopera", pudiera ser que les decepcionara a ustedes tres.
De momento, siento mucho el no poderla redactar con la incidencia debida pues ando pillada de tiempo, lo cual tampoco viene mal que respetemos el tempo que deciden las circunstancias. Disculpas, pues con la que esta cayendo por Zaragoza, mejor dicho, con la que está empezando a caer, lo suyo sería llevar el tema al día, quizás al minuto, de aquí a la conclusión de concurso que se avecina y que tanto de sí nos va a dar.
Mi carta al empresario será de contenido personal (aunque obviamente tendrá que afectarar al taurineo maño) pues es que ya estoy verdaderamente hasta el mismísimo jojoi (y hablo en plata y le ruego disiculpas) de que unos julandrones de mala muerte me vengan acribillando en este medio como la mayoría sabemos. Desde el anonimato atroz (y sin que servidora haya levantado la voz al respecto y de momento con lo que cuesta eso) justamente desde el 11 de diciembre de 2006.

Tiempo al tiempo, tranquila estoy, ya mismo recién cenada me voy a dormir con Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881) no sin antes informar que en este tiempo de aguante máximo no me he dedicado a otra cosa y sin pensar en nada más que en acumular información sobre determinados individuos a estilo mujer coraje, ¡que horror!, y comunico al orbe que estoy en condiciones de buscarle un ruinón muy gordo a más de un listo de esos que van por la vida en plan los intocable de Eliot Ness


La condesa de Estraza

Anónimo dijo...

POLO, QUIEN TE HA ENFUNDAO???

La condesa de Estraza dijo...

Arrimando en este delicado asunto el ascua a mi sardina y dominando el tiempo a mi favor -pura estrategia- la carta abierta que iba a dirigir servidora a José Antonio Martínez Uranga, Chopera, queda de momento aplazada.
¿Razones? Una llamada telefónica que he tenido hoy que, bien manejada, puede variar los acontecimientos que están por llegar completamente a mi favor.
Siento si acaso he podido crear cierta curiosidad entre ustedes y ahora se ven defraudados. Olvídense de esta entrada, como si no hubiera existido, vamos a centrarnos en la feria de Sevilla que en cuanto mayo esté en marcha y la feria de Madrid ardiendo, quizás sea el momento de volver sobre el tema (Dios mediante la concurso Zaragoza y la pelotera que se avecina en la capital maña a propósito del festejo y lo que le rodeará seguro, circunstancia que lo mismo acelera el prometido desenlace).

La condesa de Estraza

EL CABALLERO NEGRO dijo...

Querida Condesa es su blog y su casa y maneja los tempos como considera conveniente cosa que se le respeta, de todas formas y ante su anuncia para amortiguar la espera hare acopio de Tila y Maria Luisa (la yerba calmante) para reforzar la paciencia.

Desde louego la concurso de Zaragoza sera un hito de lo que no debe ser y de lo que es una tomadura de pelo, par asegurar no perder si la del anterior va mal.