El colofón

A mí eso de "eliminó todo lo anterior" me recuerda a esto otro, cuando un matador de toros y el apoderado de turno parten peras y salen diciendo ambos dos, "la ruptura ha sido de mutuo acuerdo": mentira.
¿Eliminó todo lo anterior? ¿todo, todo?, ¿no se  aprovechó ni una simple cabeza? ¿Cómo es posible, quién se lo cree? ¿Cómo un ganadero se atreve a sacrificar un animal de alta nota, en razón de qué, por qué?
Fíjense, yo hasta creo que Tomás Prieto de la Cal puede tener razón en lo que dice, se la concedo en el sentido de que jamás ha cruzado su vacada desde que la recibió de su señor padre, año 1975, a pesar de que testimonios existen incuestionables de todo lo contrario y de que los prietodelacalistas que han saltado histéricos en defensa de uno de los suyos arrimando el ascua a su sardina sin importarles la sardina general, hayan dicho que efectivamente, Tomás reconoce que cruzó con Torrestrella o con no sé cual Domecq, pero la cruza no resultó teniendo que mandar todo -¿todo?- al matadero.
Olvidémonos de los secretos ganaderos del marqués de Seoanes, que le pertenecen en exclusiva, y vamos a la supuesta pureza del encante Veragua tal y como lo conocemos hoy día. Ya en su origen la vacada vazqueña es una mezcolanza de sangres tan extravagante, luego tan personal, que llega a formar un encante propio y estamos hablando del siglo XVIII, que antes ni encastes ni ocho cuarto, que no es otra cosa lo del encaste que lo que sería en heráldica formar un linaje en cuanto se te concede un título Nobiliario, no al alcance de cualquier gañán del labrantío lo de lograr un encaste, pues tiene miga.
Así que hablando de encastes, linajes y condeduquesymarqueses, vamos a situar el viaje de la ganadería, con los correspondientes trajines de aquellos tiempos, de los antepasados de los toros que pastan en La Ruiza en la actualidad.
Tiro de libracos y me encuentro un blog, del que me fío, cuyo autor lo habrá copiado como es menester de las enciclopedias o acaso será un desconocido historiador. Datos al canto, la ganadería, ya fijada, llega a manos del asqueroso Fernando VII, pasando posteriormente a los duques de Veragua y de Osuna hasta que en 1927 es vendida a Manuel Martín Alonso, de Alameda de la Sagra, abuelo materno de los toledanos hermanos Lozano Martín.
El tesquel de los que suenan como nuevos (eternos) empresarios de Madrid solos o en compañía de otros pues largan que de lo que se tra es de taparle el paso venteño a Matillita, nuevo pliego, se la vende a principios de la Guerra Civil a Marcial Lalanda, que la anuncia a nombre de su esposa, Emilia Mejías, hasta llegar a manos de sus actuales propietarios a mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado.
Chsss, quietos 'paraos', que miren ustedes con la sorpresa que me he topado. El texto es de JCMA, sé quien es y sabe mucho, pero como viene firmado con iniciales, se respeta.
Dice así JCMA y copio textual de la publicación que tengo en mano:
"...y el maestro Lalanda agregó a su vacada reses y un semental de Albaserrada".

Y ahora me atan ustedes a mí esta mosca por el rabo, y me hablan de pureza, y de que fue eliminado todo lo anterior.
¿Todo todo?
THE END